(Juan Masiá Clavel, SJ-Teólogo) Hace más de tres décadas que se usa la versión de la misa en japonés, pero el texto provisional todavía no logra la aprobación definitiva. En la reciente visita ad limina, la perspectiva pastoral del Episcopado local tropezó con la intransigencia de la Curia en materia de traducción. No eran cuestiones esenciales, sino las minucias siguientes.
En Japón se hace una reverencia al comienzo de la misa. Besar el altar sería mal educado. No se pone la boca en el mantel del comedor. Además, como símbolo no significa nada. Mejor juntar las manos respetuosamente. Pero la Curia insiste en el beso, según rúbrica.
Al saludo: “El Señor esté con vosotros (ustedes), se responde en Japón: “Y con el celebrante”. Decir “con tu espíritu” sería tan raro como “con tu fantasma”. Mejor decir “contigo” o “con tu persona”. Pero la Curia insiste en mantener lo literal.
En japonés se dice: “Me reconozco profundamente en pecado”. Pedir perdón es tan serio, que basta decirlo una vez. Pero la Curia insiste en triplicar “por mi culpa” y acentuar “máxima culpa”.
“Creo en la resurrección del cuerpo” se refiere en japonés a la persona entera. Pero la Curia insiste en decir “resurrección de la carne”, frase que provoca en japonés una imagen grosera.
Se comprenderá la perplejidad de la Iglesia japonesa ante este contencioso. Leída la noticia desde otras iglesias, también preocupará, sin duda, por lo que tiene de síntoma como punta de iceberg de la marcha atrás con relación al Concilio Vaticano II por parte de instancias curiales. Confiamos en que la prudencia papal frene, a su vez, a las instancias mas papistas que el Papa.