El economicismo propone una racionalidad basada en comportamientos explotadores de la creación que promueven la confrontación entre personas y que son totalmente utópicos en el sentido negativo de esta palabra, porque no se van a poder culminar. Explotan la creación porque solamente ven los recursos como un medio para producir bienes, servicios y experiencias que cubran el mayor número de deseos posible.
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Impulsan la confrontación con los demás porque no hay recursos para cubrir las necesidades de todos, lo que dicho en términos económicos es afirmar que estos son escasos. Si todos perseguimos incrementar los bienes, servicios y experiencias de los que disfrutamos, tendremos que competir por ellos ya que no hay suficientes para todos. Por último, pensar que podemos seguir incrementando nuestra producción de manera infinita con un mundo limitado es algo totalmente desencaminado e utópico. Es imposible alcanzar un crecimiento ilimitado con unos recursos que son limitados.
Por ello necesitamos un objetivo económico que en lugar de explotar la creación la haga producir de una manera sostenible, para que todos podamos vivir en ella sin comprometer que lo hagan las personas que habiten la tierra en un futuro. Un fin que no promueva la confrontación sino la colaboración, porque sabemos que los grandes desarrollos de nuestra sociedad se dan por la cooperación, no por la lucha entre unos y otros. Precisamos que sea un objetivo realista, que se pueda cumplir a largo plazo.
El principio de “no saturación”
Existe un planteamiento económico que cumple con estas condiciones y que realizan muchas personas aunque ahora esté de capa caída. Se trata de intentar alcanzar al menos lo suficiente que necesitamos para vivir. Es decir, en lugar de intentar tener cada vez más para cubrir más y más deseos, querer simplemente tener lo suficiente para llevar una vida digna y conformarse con eso. Esto supone romper con el principio de “no saturación” y, al mismo tiempo, cumplir con las tres características que serían deseables para nuestro fin económico.
- La primera que no explote la creación, sino que la cuide. Cuando necesitamos solo lo suficiente, no precisamos producir más y más, sino hacerlo de una manera sensata y sostenible para garantizar a todos un nivel económico adecuado.
- La segunda que no se potencia la confrontación con el otro. Si nos limitamos a lo necesario hay suficientes recursos para todos y hasta pueden sobrar. Es más interesante colaborar que competir.
- Por último, es realista, mucho más que el objetivo economicista, porque es posible, porque buscamos cubrir necesidades limitadas con recursos limitados y esto, si se sabe gestionar, no solo es posible sino que además es lo más adecuado y razonable.
