Cuando nos llegue la prueba (2)


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¿Qué hacer cuando nos llegan los reverses de la vida? Hablo del momento en que nos diagnostican, a nosotros o a una persona querida, una enfermedad grave, o cuando estamos inmersos en un problema social o económico que no parece tener solución y puede dañar, quizás para siempre, status, reputación, recorrido profesional.



Esas situaciones nos obligan a mirar al interior y a buscar los motivos para afrontar la dificultad en lo profundo de nosotros mismos. En el mejor de los casos, en que contemos con personas cercanas –esposa, hijos, hermanos y hermanas, amigos de veras–, nos sabremos acompañados, pero nadie podrá recorrer el camino por nosotros, recibir la quimioterapia por nosotros, entrar al quirófano por nosotros, experimentar el miedo y la angustia del alba por nosotros.

Recursos para seguir adelante

Ojalá, en nuestro interior encontremos los recursos para seguir adelante. Las convicciones que nos movieron en la juventud, la fe que quizás luego se extravió o debilitó. ¿Qué nos queda después de un naufragio? Aquello que somos y que podemos ser, el amor en ocasiones incondicional, la posibilidad de rezar y dirigirnos a Dios Padre para pedir, como Jesús en el huerto, que pase pronto de largo la mala hora y amanezca de nuevo. En último término, la esperanza de que Dios nos abrazará cuando dejemos esta vida que conocemos y vayamos a otra que queremos y creemos mejor.

En el fondo de cada persona laten la ‘imago Dei’ y la ‘imago hominis’, que nos hacen dignos más allá de todas las pérdidas y todas las amarguras, de todas las dificultades, de todos los extravíos. Esta realidad profunda es compartida por todos los seres humanos de todas las épocas, de todas las sociedades, y se encuentra más allá de diferencias económicas, sociales, raciales, ideológicas.

Atardecer Scaled

De la misma fuente

En bellas palabras de Kübler-Ross, “todos venimos de la misma fuente y volvemos a la misma fuente; todos somos bendecidos y guiados. Nadie muere solo”. En esa realidad, que muchas veces se halla sepultada bajo capas diversas, podemos apoyarnos para soportar las dificultades, porque es lo más auténtico que poseemos.

Por eso, quienes dedican su tiempo y recursos a destacar las diferencias, a separarnos según la lengua que hablamos, el lugar en que hemos nacido, el color de la piel que tenemos, los medios de que disponemos, a veces con la intención de enfrentarnos, está atentando contra la esencia misma de la persona, y ojalá en el futuro rindiese cuentas por ello.

Recen por los enfermos y por quienes les cuidamos