El secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, ha viajado este fin de semana a Lisboa, donde ha podido supervisar de primera mano como evolucionan los preparativos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que presidirá este agosto el Papa en la capital portuguesa.
- PODCAST: El motor antiabusos se refunda
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“La preparación para la JMJ es siempre compleja, llena de desafíos constantes y, a veces, de obstáculos que parecen insuperables”, expuso ayer el purpurado en la misa que celebró en el Parque das Nações de Lisboa, para conmemorar el sexto aniversario de la canonización de Jacinta y Francesco Marto, dos de los tres pastorcitos a los que se apareció la Virgen en 1917. Antes de llegar a Lisboa, Parolin acudió el viernes a Fátima donde encabezó una vigilia nocturna ante 23.000 personas por la paz en Ucrania, pero también por las víctimas de abusos sexuales.
Momentos de oración
Para el ‘premier’ vaticano, en medio de todas las tareas organizativas para el encuentro es necesario fortalecer “los momentos de oración” que hagan posible la “presencia continua” de Dios, “mediante la asistencia constante del Espíritu de verdad”.
Durante la homilía, Parolin subrayó que la JMJ “es un evento festivo, pero al mismo tiempo una oportunidad para conocer y compartir con jóvenes de todo el mundo”. A renglón seguido compartió que “todos somos conscientes de que, en las circunstancias actuales en las que vivimos, muchos jóvenes experimentan un vacío existencial que muchas veces no les permite encontrar un sentido a sus vidas”. “Todo joven lleva dentro de sí el deseo de encontrar una respuesta a sus aspiraciones más profundas”, añadió.
Soñar a lo grande
Parafraseando al Papa Francisco, el diplomático vaticano llamó a los presente a “soñar a lo grande” para que “que la próxima Jornada Mundial de la Juventud colme la esperanza de muchos jóvenes que vendrán a buscar sentido a sus vidas, orientando sus expectativas hacia Dios”.
En estos días, Parolin pudo visitar la sede de la JMJ, acompañado del primer ministro portugués, António Costa. “Desde el principio, el Estado portugués entendió que debía responder ‘presente’ a la invitación hecha para apoyar la organización de esta Jornada Mundial de la Juventud”, apuntó Costa, que elogió el papel del Papa Francisco como constructor de puentes de paz: “En un mundo donde estamos marcados por la guerra, los conflictos, las divisiones y las separaciones, la mejor manera de responder es hacer lo contrario: unirse, cuando se quiere separar; hablar de paz cuando hay guerra”.