SÁBADO
Eurodrama. El jurado encumbra a Blanca Paloma a un noveno puesto. Pero se queda con el peor televoto del festival: cinco puntos. En total, cien puntos y decimoséptima posición. Nada reprochable ni al don de su garganta ni a la milimétrica realización. Aquello era arriesgado. De ahí la disociación entre los gustos de los profesionales y quienes tienen el poder del móvil. Hágase ver también en la Iglesia.
- PODCAST: Francisco-Zelenski: cumbre para una paz difusa
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
DOMINGO
Varias sedes vacantes. Girona. Los candidatos por resolver. Todo es más prosaico. Un contexto sociopolítico complejo. Una secularización que asusta. Adiós, muy buenas.
MARTES
Mensaje de los obispos para la Jornada de las Comunicaciones Sociales: “Hemos vivido un tiempo de lo que se ha llamado telebasura, que parece llegar a su fin”. ¿Resarcimiento ante el final de ‘Sálvame’? Si así fuera, hílese más fino y reconózcase también su aporte a la nueva narrativa y al ritmo audiovisual del que hoy beben radios y televisiones. Todas. Estiércol hay en todas las parcelas. Y también abono. Con un matiz. El ‘Sálvame’ catódico es entretenimiento.
Más indigesto resulta el ‘Sálvame’ católico, que se disfraza de información cuando busca, con las mismas armas, la división y la humillación del otro. Juego de inocentes es ver a Chelo hacer la croqueta por el suelo cuando aquí se busca ver arrastrado al diferente. Eso sí, sobre esta versión eclesial no se dice ni mú. Y su cochambre se amasa en casa. Entre mitras cómplices. Queda más lucido arremeter contra ‘La Fábrica de la Tele’ que lanzar la más mínima pulla sobre el horno de la sacristía.
Cuando comencé en esto del periodismo, un verano me deparó ser becario de ‘Mamma mia’ y su corazoneo por las mañanas y de ‘Ecclesia’ por las tardes. Entró en mi la duda de si aquello podría dañar la imagen de la revista del Episcopado si alguien se enteraba de mi doblete. Me apresuré a hablar con el director de la revista, José Antonio Carro Celada. Me despejó los temores en una frase de enmarcar. “Del rosa al púrpura solo hay un par de pantones”. Fin de mis quebraderos. Y sí, veo ‘Sálvame’.