“La guerra es una pandemia, nos afecta a todos”. Así de rotundo se ha manifestado el cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, en su discurso de apertura de la asamblea plenaria de los obispos italianos. Unas palabras significativas que se producen tras conocerse que el prelado romano ha recibido el encargo del papa Francisco para llevar a cabo una misión de paz en Ucrania.
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Necesitamos a los migrantes
Zuppi, que también se ha referido a situaciones italianas como las inundaciones en la región de la Emilia Romaña o la reciente legislación laboral y la presencia impune de las mafias, ha agradecido del papa Francisco “su profecía, tan rara hoy, cuando hablar de paz parece evitar tomar partido o no reconocer las responsabilidades de todos”. Para Zuppi, “la Iglesia y los cristianos creen en la paz, todos estamos llamados a ser artífices de paz, más aún en la terrible tormenta del conflicto”, según recoge la agencia SIR.
Y es que para el cardenal “somos el pueblo de la paz, empezando por Jesús, que es nuestra paz. Lo somos por la historia de nuestro país, por su ubicación en el Mediterráneo, bisagra entre el Norte y el Sur, pero también entre Oriente y Occidente. Lo somos por las raíces más profundas y características de nuestro pueblo”. Por ello, reclamó “hay que generar y fortificar una cultura de paz entre la gente”.
Algo que pasa por valorar que “la solidaridad con los refugiados –los de Ucrania, pero no sólo– es una acción de paz”. “Hospitalidad y natalidad no sólo no se oponen, sino que se complementan y nacen del deseo de mirar al futuro”, reiteró el cardenal que alertó que “somos un país en extinción” que “necesitamos inmigrantes para vivir: las empresas, la familia, la sociedad los demandan. No sembremos de obstáculos, con una sombra punitiva, su camino en nuestro país”.