Jesús Rodríguez Torrente, responsable del Servicio de Asesoramiento para las Oficinas de Protección de Menores y Personas Vulnerables, ha presentado esta tarde, en el marco de la Jornada ‘Protección de menores: seguimos caminando’, el Protocolo marco de prevención y actuación en caso de abusos, que es un “texto vivo, nunca cerrado”.
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Según ha indicado, la misión de la Iglesia es “devolver la esperanza a muchas familias rotas”, porque, “aunque siempre es mucho mayor el bien que el mal que hacemos, solo un caso es una tragedia”.
En su opinión, el mejor tributo que pueden hacer a las víctimas -algunas de ellas presentes durante la presentación, es “sacar a la luz estos documentos, que sepan que estamos luchando porque haya acogida, justicia y sanación”.
La detección precoz, la clave
Torrente ha hecho hincapié en el futuro: “Apuntemos a despertar la conciencia, a ir más allá. El futuro está en nuestras manos y, si miramos al futuro, debemos centrarnos en la detección precoz de los abusos”.
En esta labor de prevención no puede pasarse por alto la formación. Por eso, 103.000 niños y más de 20.000 profesores han recibido ya formación sobre protección de menores.