El que fuera secretario de Benedicto XVI, Georg Ganswëin, ya está en Alemania. Después de rechazar las diferentes propuestas del Papa para ser pastor de una diócesis, el arzobispo germano se encuentra de regreso a su tierra tal, cumpliendo así la voluntad de Francisco de que abandonara el Vaticano el 1 de julio. Eso sí, con unos días de retraso: el 7 de julio, tal y como confirmó Die Welt.
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“Llegué hace cuatro días, es muy pronto para decir cómo será esta nueva vida. Todavía tengo que averiguar qué voy a hacer”, ha explicado al Corriere della Sera. En conversación con el periodista Fulvio Fiano, el que fuera prefecto de la Casa Pontificia detalla que “en los próximos días veré al arzobispo Berger, lo discutiremos. Soy un pelmazo – dice en tono de broma – en el sentido de que soy incómodo, me encontré en medio de esta situación”.
Silencio y obediencia
Sobre sus diferencias con Francisco y los escándalos protagonizados por la publicación de su autobiografía nada más fallecer Benedicto XVI, Georg no comenta una sola palabra al periodista italiano: “Prometí guardar silencio y obedecer”. “Friburgo es hermoso estudié aquí hace 40 años, la vida es buena”, se limita a decir, despejando balones.
Lo cierto es que, más allá de este breve diálogo, poco más se sabe del exilio de Ganswëin. De hecho, la archidiócesis de Friburgo de Brisgovia no ha confirmado oficialmente su llegada ni tampoco se dan pistas sobre él en el Collegium Borromaenum, la residencia en la que en principio se ubicaría.