Cuando Óscar Poveda y Georgina Estela Barba salieron de una complicada Nicaragua no imaginaban que algún día estarían compartiendo vida y costumbres con los habitantes de la comarca salmantina de los Arribes del Duero, a pocos pasos de la frontera con Portugal.
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Este joven matrimonio lleva diez meses haciéndose cargo de los cuidados de una típica finca campestre, algo que a Poveda no le resulta tan extraño, ya que su especialización siempre han sido las cuestiones agrónomas, para las que se formó en su país natal. Mientras que Georgina lleva más de seis años en España, Óscar solo lleva tres aquí. La situación en su país de origen y la preocupación por sacar adelante a sus dos hijas, Ana y Yolanda, hizo que, en su momento, tuvieran que dejar la ciudad de León, en una inestable Nicaragua, y tratar de buscar nuevas oportunidades en España.
Tras dejar a sus hijas con los abuelos, su situación actual les permite poder pagar con cierta serenidad sus estudios universitarios. La distancia la intentan remediar gracias a las videollamadas de cada noche. Así, ellas han conocido todo el periplo que el matrimonio ha llevado trabajando en diferentes lugares, fundamentalmente, de Andalucía y Valencia.
Sus ocupaciones principales han sido el cuidado de personas mayores y algunas otras labores de temporeros, hasta que llegaron a trabajar muy intensamente en un cortijo en Jerez de la Frontera, donde entraron en contacto con la fundación Tierra de todos, una iniciativa diocesana que atiende de forma especial a las familias.
Gracias al buen talante del matrimonio, su caso llegó a una nueva iniciativa que ha buscado aunar el responder a la realidad de los migrantes con el reto de la despoblación, la Mesa del Mundo Rural. La situación de Óscar y Georgina fue de las primeras en ser atendida por este grupo de trabajo.
Conectar proyectos
Esta Mesa del Mundo Rural ha sido promovida por el Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española y fue constituida finalmente el 15 de diciembre de 2021. En esta Mesa se sientan dos representantes del Departamento de Migraciones –que son José Cobo, arzobispo de Madrid y responsable de este departamento, y el dominico Xabier Gómez, director de dicho departamento–, el delegado de Movilidad Humana de la Archidiócesis de Madrid, Rufino García Antón; dos representantes de la empresa social Proyecto Arraigo; el alcalde de Paredes de Nava (Palencia) y presidente de la Asociación Nacional Siembra, de Municipios contra la Despoblación, Luis Calderón Nájera; dos miembros de la Asociación Pueblos con Futuro y otros dos de la Asociación Forjando Camino.
El objetivo de esta iniciativa, desde su nacimiento, es el conectar a familias de origen migrante que quieren realizar su proyecto de vida en el ámbito rural con las asociaciones o proyectos que promueven junto a los ayuntamientos y otras administraciones públicas o privadas, la inclusión y revitalización de pueblos en la llamada España vaciada. Un compromiso concreto del mundo eclesial para combatir activamente la despoblación y poner en marcha proyectos de inclusión y sensibilización.
“Queremos contribuir a sensibilizar y visibilizar a esta importante parte de nuestra sociedad, no mirándola como la España que se vacía, sino como la España de las oportunidades”, señalaban los impulsores en el momento de constitución de la Mesa. Y es que este organismo “espera contribuir a impulsar y sensibilizar sobre la importancia de una acogida acompañada desde la reciprocidad, junto a quienes acogen y son acogidos, para revitalizar pueblos y comunidades cristianas”, señalan.