¿Qué ha sido lo primero que ha encontrado el papa Francisco a su llegada a Lisboa para la Jornada Mundial de la Juventud? Una manifestación. Concretamente, de varias decenas de agentes de seguridad portugueses, quienes han denunciado así la precariedad laboral de su sector y pedir que rece por ellos, ya que, aseguran, “prácticamente lo que queda es fe”.
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Tal como informa EFE, los agentes de seguridad se han manifestado cargados con las banderas de sus sindicatos y vestidos de paisano. Además, han aguardado durante horas junto a miles de fieles católicos a la llegada del pontífice al Palacio de Belém, donde ha sido recibido por el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
“Bienvenido, papa Francisco. Rece por los policías, nuestro Gobierno no nos valora. ¡Nuestras vidas valen 899 euros!”, se leía en un cartel gigante instalado en unas vallas en referencia al salario base de un policía en el inicio de carrera.
Reforzar la seguridad
El presidente del Sindicato de Profesionales de Policía SPP/PSP, Paulo Macedo, dijo a EFE que el Gobierno portugués, presidido por el socialista Antonio Costa, no ha respondido a sus demandas de mejoras salariales, “la impunidad” ante las agresiones de civiles y los atrasos en su jubilación, lo que dificulta el relevo generacional en el colectivo.
Asimismo, denunció que, para reforzar la seguridad en la capital durante la visita papal, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), han trasladado a agentes de todo el país con un apoyo económico extra que, dijo, ronda los 30 euros. “No podemos tener una Policía ‘low-cost’ una Policía en la que las personas ganan para sobrevivir y mal, para alimentarse”, manifestó Macedo.
Sobre la decisión de protestar ante el papa, explicó que “ya no queda mucho” para los agentes. “Prácticamente lo que queda es fe y creer que las cosas se van resolviendo, porque si no se resuelven la Policía entra en implosión”, alegó.