El patriarca de Lisboa lo tiene claro: “Ahora queda el recuerdo de la JMJ… y el anhelo de volver a hacerlo”

Manuel Clemente asegura que la preparación de este evento “ha creado el hábito de trabajar juntos” en la Iglesia lusa

“Ese silencio espontáneo y repentino de un millón y medio de jóvenes cuando el Santísimo Sacramento fue colocado en el altar, en el Campo de Gracia, vino del Cielo. Fue impresionante”. Así habla, como un momento a atesorar, el patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, acerca del momento de la  Adoración Eucarística en el Parque del Tajo, que tuvo lugar la tarde del sábado 5 de agosto.



Así lo ha revelado el cardenal en una entrevista con los corresponsales de los medios vaticanos, en la que subraya, además, tres aspectos de esta JMJ: la alegría -para los jóvenes, la sociedad y la Iglesia- “simple, espontánea, pura” que se vivió; la convicción y la devoción, expresadas en un silencio total y espontáneo en los momentos de oración; y la profecía, que no es utopía, porque “ya está aquí, porque estos jóvenes son el mundo futuro”.

Un Papa “rejuvenecido”

Por otro lado, ha subrayado que el papa Francisco, con quien el cardenal estuvo mucho tiempo a su lado en el papamóvil, “se mostraba ‘más joven’ y más feliz en cada evento. Lo vi muy satisfecho”.

“Ahora queda el recuerdo de este evento”, ha continuado el patriarca lisboeta, “porque todos han tenido la experiencia de algo hermoso que se puede hacer, y también habrá un anhelo de volver a hacerlo”. “Pero creo que lo más importante que quedará es la generación de todas las personas que trabajaron en la Jornada Mundial de la Juventud durante dos, tres, cuatro años, incluso durante la pandemia, con todas las dificultades”, ha añadido. “Esto ha creado aquí el hábito de trabajar juntos, trabajar por algo bueno. Y esto queda porque no es algo de un momento, sino de años de trabajo”.

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