El papa Francisco ha presidido la oración mariana del ángelus y saludado a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro en esta caluroso domingo romano. El pontífice ha mostrado su preocupación por la situación en Níger. “Me uno al llamamiento de los obispos por la paz en el país y la estabilidad en la región del Sahel. Acompaño con la oración los esfuerzos de la comunidad internacional para encontrar cuanto antes una solución pacífica por el bien de todos. Recemos por el querido pueblo de Níger. E invoquemos también la paz para todos los pueblos heridos por la guerra y la violencia, especialmente recemos por Ucrania, que sufre desde hace tanto tiempo” reclamó.
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Dios amo a todos
“Dios es así: es amor, y quien ama no permanece rígido en sus propias posiciones, sino que se deja mover y conmover; sabe cambiar sus esquemas. El amor es creativo, y nosotros cristianos, si queremos imitar a Cristo, estamos invitados a la disponibilidad del cambio”. Con estas palabras el Papa ha comentado el evangelio del domingo sobre el encuentro de Jesús con una mujer cananea.
“Él estaba dirigiendo su predicación al pueblo elegido; después, el Espíritu Santo empujaría la Iglesia hasta los confines del mundo”, explicó Francisco. un gesto en el que “ya se manifiesta la universalidad de la obra de Dios”. “Es interesante esta disponibilidad de Jesús: frente a la oración de la mujer ‘adelanta los planes’, ante su caso concreto se convierte aún en más condescendiente y compasivo”, apuntó.
Para Jesús la fe, que “no es rica de conceptos sino de hechos” se muestra en la mujer. “He aquí la concreción de la fe, que no es una etiqueta religiosa, sino una relación personal con el Señor. La fe de la mujer no está hecha de protocolo teológico, sino de insistencia; no de palabras, sino de oración. Y Dios no resiste cuando se le reza” reclamó.