El papa Francisco ha recibido hoy en audiencia a los empleados de la Farmacia Vaticana con motivo del 150 aniversario de su fundación. Tras hacer un repaso por la historia de esta institución, el Papa ha señalado que su labor, además de estar “dedicada al servicio directo del Sucesor de Pedro y de la Curia Romana”, es ser “suplemento de caridad”, realizando un servicio que, “además de la venta de medicamentos, debe destacarse por la atención a las personas más vulnerables y por el cuidado de los enfermos”.
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“A vosotros acuden muchas personas, especialmente personas mayores, que muchas veces, con el ritmo frenético actual, necesitan no sólo medicamentos, sino también atención y una sonrisa; necesitan un oído, una palabra de consuelo”, ha dicho Francisco, refiriéndose a los farmacéuticos, a quienes ha animado a no olvidar “el apostolado de los oídos”. “Escuchar, escuchar… A veces parece aburrido, pero para quien habla es una caricia de Dios a través de vosotros”, ha insistido.
“Ser evangelio para todos”
“Los farmacéuticos son esa mano cercana y tendida que no sólo reparte medicamentos, sino que transmite coraje y cercanía”, ha añadido el Papa, subrayando la importancia de “ser Evangelio para quienes entran en contacto con vosotros”. “Tened mucha paciencia”, ha subrayado, “recordando que la paciencia es la prueba de fuego del amor”.
Por último, les ha dado “un pequeño consejo espiritual: levantad de vez en cuando los ojos hacia el Crucifijo, volviendo la mirada hacia el Dios herido y herido”. “El servicio que hacéis a los enfermos es un servicio hecho a Él”, ha afirmado. “Y es hermoso obtener del Doctor celestial paciencia y benevolencia, y fuerza para amar, sin cansarnos. Sed también vosotros cada día dispensadores de misericordia”.