La 109.ª Jornada mundial del migrante y refugiado de este año convocada por el papa Francisco tiene su centro en esta frase: “el derecho de toda persona a elegir si migrar o quedarse, en el pleno respeto de su dignidad humana”.
- PODCAST: Luca Casarini, el padre sinodal de los migrantes
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Afirmación extraída del mensaje del Santo Padre por la jornada de este año, que también respaldan la Red eclesial de migración, trata, refugio, desplazamiento Clamor, la Red África-Europa para la Movilidad Humana (RAEMH) y Cáritas Internacional, mediante un comunicado conjunto.
Es el derecho a no migrar, visto no como una utopía o simple frase de cajón, sino como la posibilidad de garantizar de permanecer en el propio país bajo condiciones sociales, laborales y desarrollo humano dignas, pero lamentablemente no ocurre así.
Lamentaron que este derecho no está consagrado en ninguna legislación y, por el contrario, “los desplazamientos forzados en las últimas décadas” muestra cómo este derecho viola sistemáticamente”.
Causas derivadas
Las organizaciones eclesiales han desgranado una serie de causas de la migración en todo el mundo. Por ejemplo, en América Latina el extractivismo expulsa de sus territorios a comunidades ancestrales, mientras que la mala gestión de gobiernos – sin importar su ideología – disparan las tasas de desempleo y pobreza.
La periferia del Sahara, en África, está bajo la amenaza vinculada “a los conflictos y a las amenazas terroristas, unida al impacto del cambio climático y a la inseguridad alimentaria”., lo que “empuja a la población a vagar sin perspectivas de encontrar refugio en otro territorio dispuesto a acogerlos a largo plazo”.
En Medio Oriente, particularmente en Siria y Yemen, intereses geopolíticos “han alimentado conflictos e impedido caminos de paz, así como el retorno seguro de los refugiados y desplazados internos a sus hogares”.
Mientras que Asia y en Oceanía las causas son derivadas por fenómenos naturales, que “han aumentado el número y la intensidad de los fenómenos climáticos extremos de aparición rápida”. El colapso es inminente por lo que millones de personas han tenido que escapar de su tierra.