A horas de subir al avión para viajar a Roma, Valeria López Mancini, argentina, abogada, licenciada en Derecho Canónico, confesó al portal iglesia.cl sus sentimientos ante su participación en este momento histórico de la Iglesia: el Sínodo de la Sinodalidad en el que 54 mujeres participarán con derecho a voz y voto.
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Desde hace dos años ella es Secretaria General Adjunta de la Conferencia Episcopal Chilena (CECh) y participó activamente en el proceso de discernimiento latinoamericano preparatorio al Sínodo y en el realizado por la Iglesia en Chile desde el 2018.
Una mirada común
El portal web de la CECH le pregunta “¿Qué significa ir en representación del discernimiento latinoamericano al sínodo?”
Valeria recuerda que “haber sido parte de la etapa continental del Sínodo me permitió descubrir que hay temas, clamores, dolores, esperanzas, tradiciones, que son comunes en toda la región, con acentos y matices, ciertamente, pero con una mirada común, no sólo desde nuestro ser bautizados, sino también por compartir este suelo. Poder llevar esa mirada al sínodo, junto a otros hermanos y hermanas que participarán de la Asamblea desde la región, es una responsabilidad compartida con mucha alegría”.
Ante la consulta por lo que significa para ella esta participación, afirma que “el momento histórico en el que nos toca peregrinar, está lleno de desafíos. Entre ellos, la vocación y presencia de la mujer en la Iglesia, no sólo en los ámbitos que tradicionalmente la vemos y valoramos en nuestras comunidades, sino también en otros espacios, que involucran la elaboración y toma de decisiones, donde ha tenido menor participación y visibilidad. El Papa Francisco al convocar a mujeres al Sínodo con voz y voto ha querido ser fiel a todo el camino sinodal recorrido, donde no sólo los clérigos han sido parte importante del mismo, sino también los religiosos y religiosas y los laicos (hombres, mujeres, jóvenes). Una mayor participación de las mujeres en esos ámbitos va de la mano de la corresponsabilidad. Y eso es lo que significa en lo personal y como laica, ser parte de este momento en la vida de la Iglesia: el ejercicio de la corresponsabilidad, de una manera muy concreta y visible, que permitirá seguir profundizando sobre la ministerialidad laical, nuestras estructuras eclesiales, etc.
Camino sinodal
Valeria vive en Chile hace 20 años, abogada de la Universidad de Buenos Aires y Licenciada en Derecho Canónico en la Universidad Católica Argentina, hace algunos meses habló con Vida Nueva con ocasión su designación para participar en el Sínodo.
En esa ocasión dijo que “Me sentí abrumada nada más conocer la designación, agradecida, y con alegría y mucha conciencia de esta responsabilidad, después de participar en la asamblea continental”.
Dado su trabajo en un medio mayoritario de varones, dijo: “Nunca sentí discriminación ni lo he vivido como una pelea, sino con naturalidad, porque en mi comunidad de referencia la presencia y el liderazgo femenino era y es algo lógico, lo extraño era pensar lo contrario”, confió a Vida Nueva.
Su experiencia sinodal en la iglesia de Chile es una base vivida para diseñar un nuevo modo de ser iglesia. Dijo a iglesia.cl que “el proceso de discernimiento realizado por la Iglesia en Chile desde el año 2018 nos entrega una extraordinaria vivencia de ese caminar juntos que es la sinodalidad. Hemos visto cómo se fue desarrollando un modo de ser Iglesia más participativo, que involucra escuchar, observar, interpretar los signos de los tiempos y discernir. Nos ha permitido una mejor comprensión de que cada uno de nosotros, como bautizados, somos parte del Pueblo de Dios, y eso a su vez contribuye a renovar nuestra forma de relacionarnos, más evangélica. Todo ese aprendizaje sin duda fue un gran aporte al camino sinodal al que fuimos convocados por el Papa Francisco en el año 2021”.