Ángeles Martín, después de dejar su exitoso personaje de doña Visi en ‘Amar es para siempre’, protagoniza en el Teatro Pavón junto a Antonio Dechent y Juan Grandinetti el éxito de Broadway ‘The Lifespan of Fact’, traducido por ‘Hechos y faltas’ en una versión adaptada y dirigida por Bernabé Rico.
- PODCAST: Sínodo a prueba de dubia
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PREGUNTA.- ¿Cómo es Emily, su personaje?
RESPUESTA.- Emily es la directora de una prestigiosa revista. Su pasión es el periodismo. Es una luchadora nata. Fría para tomar decisiones, pero implicada totalmente con los que la rodean.
Verdades parciales
P.- Un texto en el que se cuestiona la veracidad de las noticias y cómo influyen los intereses…
R.- Hay muchas maneras de desinformar, no solo las noticias falsas. También están las verdades parciales, las líneas editoriales, los accionistas, los anunciantes… Al final se colorea la verdad para cumplir con los objetivos que exige todo eso.
P.- La obra se plantea qué es verdad y qué mentira… ¿A partir de cuántos errores algo se convierte en falso?
R.- Esto es lo que plantea esta función con humor inteligente y mucha retranca. En definitiva, es la diferencia entre creatividad y credibilidad. Mis compañeros pelean brillantemente en un combate sin cuartel, divertidísimo, que yo intento arbitrar para conseguir mis objetivos. Hay una frase que uso para mi trabajo con Emily, que dice “nada es verdad ni es mentira y todo depende del color del cristal con que se mira”. Creo que en mi trabajo como actriz y en todos, las fuentes hay que contrastarlas, que los hechos están, pero que es inevitable, y más en el momento actual, con las ‘fake news’ y demás, contaminar los hechos con nuestras experiencias y nuestros puntos de vista.
Humor con límites
P.- Vuestra gran ventaja es el humor… ¿Con humor puedes decir cualquier cosa?
R.- A mí me encanta lo políticamente incorrecto siempre que no sobrepasen los límites de la educación. (…)
P.- ¿Se considera una mujer espiritual?
R.- Me encanta disfrutar de mi familia, cuidar a mis amigos, disfrutar del arte, dar importancia a lo que no es necesariamente práctico… La espiritualidad sincera, para mí, representa lo mejor de la humanidad.