Fin del acuerdo entre el Obispado de Málaga y la Diócesis venezolana de San Fernando de Arupe. Es la decisión adoptada por la diócesis andaluza y comunicada en las últimas horas después de segundo escándalo en una semana vinculado a un presbítero de la región.
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Son los nuevos pasos dados por la diócesis pastoreada por el obispo Jesús Catalá después de que el pasado miércoles trascendiera que un cura de 38 años, ordenado sacerdote en 2015, en Málaga desde 2018 y destinado a Canillas de Aceituno, Sedella y Salares, estaba siendo investigado por supuestamente quebrantar una orden de alejamiento de una mujer que al parecer era su pareja.
Orden de alejamiento
“Roberto Bocanegra es un sacerdote de la Diócesis de San Fernando de Apure (Venezuela), que se encuentra actualmente en Málaga realizando una experiencia pastoral temporal, enviado por su Obispo”, aclara en un comunicado la diócesis andaluza.
En el mismo texto, el Obispado detalla que “le apartó de sus tareas pastorales en la Diócesis de Málaga al tener conocimiento de la denuncia por saltarse una orden de alejamiento”. Por ello, anuncian que “sin perjuicio de su presunción de inocencia, este Obispado ha iniciado el procedimiento para rescindir el convenio de colaboración entre ambas Diócesis, por lo que deja de ejercer su ministerio en la Diócesis de Málaga”.