Rafael Salomón
Comunicador católico

En las manos y la voluntad de Dios


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Se ha popularizado creer en las buenas vibras y energías, los horóscopos siguen marcando la confianza de la forma en que nos irá en el día, los brujos y adivinos siguen gozando de credibilidad; sin duda, nuestra naturaleza de querer ver más allá de nuestro presente y adelantarnos al futuro es una necesidad de la humanidad.



Políticos, empresarios, artistas y demás ciudadanos, intentan adelantarse a los acontecimientos llamando a seres que tienen la capacidad o aparentan predecir el futuro, algo muy necesario en temas de elecciones políticas. Las estafas están a la orden del día, porque todos estos servicios se cobran con muy altas sumas de dinero.

Una civilización como la nuestra con tantos adelantos científicos y donde la inteligencia artificial ha impuesto un gran control, seguimos convencidos de que el futuro es algo que podemos manipular gracias al poder de algunos ‘místicos’.

Coincidencias o mentiras, como lo quieran llamar, el futuro vendrá en el momento en que tenga que llegar, así que adelantarse o tratar de modificar la historia, sólo generará ansiedad, nerviosismo y hasta decepción porque las cosas no sucedieron como nosotros queríamos. Ahí es donde radica la importancia de nuestra fe, creer en que nuestras vidas son guiadas, cuidadas y llevadas con la certeza de que está en las manos y en la voluntad de Dios.

manos

Estar dispuestos, dejar nuestras dificultades, sueños y deseos en Él, no es sencillo y es que nuestro egoísmo y ganas de controlarlo todo, nos alejan de la aceptación de un Dios amoroso, que sabe lo que nos conviene, que conoce mejor que nadie lo que será bueno y beneficioso para nosotros sus hijos.

La magia es incompatible con la fe

Encontramos en el Catecismo de la Iglesia católica en el numeral 2111: “La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición (cf Mt 23, 16-22)”.

Debemos evaluar también nuestras creencias y sincera relación con Nuestro Padre Celestial, ya que es muy fácil desviar nuestra fe, pensar que son ‘métodos autorizados’ para alcanzar ciertos ‘beneficios’. Creceremos en el Espíritu cuando nos acerquemos con un corazón sincero, honesto y transparente, cuando ya no haya un intercambio de dar y esperar, simplemente: Estar para acompañar.

Dios merece nuestra presencia y nuestro agradecimiento, sólo eso, sin esperar nada, dándolo todo. Razón que para muchos hermanos no es suficiente, creer en un Dios que sólo tengo que acompañar y no esperar nada de Él, puede ser poco atractivo.

El Papa ha señalado que la magia es incompatible con la fe al tiempo que ha invitado a los cristianos a evitar prácticas como “las cartas del tarot y la lectura de las manos por adivinos”. Es la realidad de que muchas personas busquen servirse al conocer el futuro, siempre queriendo la ventaja y el beneficio para adelantarse a los hechos.  Simplemente creer sin esperar nada, confiándole todo. Dejemos a Dios ser Dios y veámos lo bueno que puede ser, esperando con paciencia y viviendo el presente.