Alerta en las oficinas centrales de Obras Misionales Pontificias, el departamento vaticano que aglutina y distribuye todas las donaciones a la Iglesia para las misiones. El secretario general de la Obra Pontificia para la Propagación de la Fe, Tadeusz Jan Nowak, avisa de que “desde hace tiempo estamos experimentando una tendencia a la baja lamentablemente cada año el fondo disminuye: hace diez años había alrededor de 140 millones de dólares para distribuir, este semestre sólo 70”.
- PODCAST: Sínodo a prueba de dubia
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Para este sacerdote polaco perteneciente a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada el escenario no es nada halagüeño ante esta drástica reducción de la hucha que conforma el llamado Fondo de Solidaridad Universal que él define como un “depósito de reserva” para llevar a cabo todos los proyectos de evangelización y desarrollo de la Iglesia en los cinco continentes.
Ayuda a 940 diócesis
Es más, lanza una pregunta al aire a la luz de estos datos: “¿De dónde obtendrán el dinero para su misión las diócesis de Myanmar, Malawi, Bangladesh, Pakistán, Sri Lanka y otras?”. En la actualidad, gracias a este fondo se ayuda a 940 diócesis, con un total aproximado de 27 millones de dólares al año, que lo mismo permiten pagar la gasolina del coche de una religiosa que la fotocopiadora de una comunidad o la formación de un seminarista.
Nowak admite la necesidad de revitalizar los donativos, aunque a veces “la contribución es sólo simbólica, como la moneda de la viuda en el Evangelio”. Desde ahí, reivindica campañas como el Domund, la Jornada Mundial de las Misiones, que se celebrará el próximo 22 de octubre bajo el lema “Corazones ardientes, pies en camino”.
Difícil comprensión
Aun así, es conscientes de que “cada vez es más difícil hacer comprender que las graves necesidades de evangelización, de las que habla a menudo el Papa Francisco, son también y sobre todo las necesidades pastorales fundamentales de las Iglesias en situaciones de mayor necesidad”.
Para el secretario general de OMP el Fondo de Solidaridad Universal permite configurar “una red universal formada por todas las Iglesias locales en la comunión de la Iglesia universal: una red de oración, de formación, de información, de ayuda mutua, para hacer avanzar la evangelización en el mundo”.