“La bendición de las parejas homosexuales no es el tema del Sínodo”. De esta manera, tajante, ha respondido Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede durante el briefing de este lunes, en el que el Vaticano ha puesto al día a los medios de los avances del Sínodo de la Sinodalidad.
- PODCAST: El sindiós de la guerra
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“La Iglesia está llamada a anunciar el Evangelio a todos, y no sólo a algunos”, ha explicado Ruffini, subrayando que, en este sentido, la misión del Sínodo es debatir “el modo en que la Iglesia redescubre la comunión y logra ser inclusiva: la sinodalidad es el tema central”.
“En el Sínodo se hace un esfuerzo por no excluir a nadie: el desafío es crear una cultura de inclusión a través del ejercicio concreto de la sinodalidad”, añadió, en este sentido, Vimal Tirimanna, teólogo de Sri Lanka, ante lo que Patricia Murray, secretaria ejecutiva de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), señaló que “en muchas mesas del Sínodo se han escuchado heridas individuales y colectivas”, por lo que “hay una profunda conciencia del sufrimiento de estas personas”.
Una perspectiva circular
En cuanto a los temas tratados en el Sínodo, Tririmanna ha indicado que se trata de una experiencia de “sinodalidad vivida”, siendo este una “continuación del Concilio Vaticano II”, no de la “agenda privada del Papa”.
Por ello, tal como ha apuntado el teólogo, los debates del Sínodo se están centrando, sobre todo, en los conceptos de “pueblo de Dios” y de “bautismo” siempre desde “una perspectiva circular y no piramidal”.