Bokatas para los últimos

Bokatas para los últimos

Laura Delgado es una joven madrileña de 31 años que trabaja en el departamento internacional de un bróker médico. Hace unos años, vio algo que atesoró en su corazón y en su memoria: “En 2019, en una feria de ONG, encontré información sobre la asociación Bokatas y me llamó la atención, pero no fue hasta 2021, que vi un anuncio en la Renfe, que me animé a llamar”. No es para menos. Esta organización, íntegramente formada por jóvenes voluntarios, se dedica no solo a repartir bocadillos a personas sin hogar en varias ciudades españolas, sino que, además, lleva a cabo una importante labor de sensibilización y denuncia ante una realidad que afecta a miles de personas en España pero que, aún hoy, sigue pasando desapercibida: la de vivir en la calle.



Cristina Prieto, presidenta de la asociación, explica a Vida Nueva que esta surgió en 1996, a través de la parroquia de los Sagrados Corazones de Madrid, “cuando un grupo de seis colegas comenzaron a reunirse para dar acompañamiento a las personas sin hogar de su barrio”. Para ellos, el bocadillo sería la excusa perfecta para acercarse a los necesitados y entablar una relación de cercanía y amistad para acabar con la soledad, tan necesaria como el propio alimento. “En la actualidad”, subraya, “somos unos 400 voluntarios divididos en ocho sedes entre Madrid, Valencia y Zaragoza, así que hemos crecido muchísimo”. De hecho, en estas tres ciudades la asociación Bokatas presta acompañamiento a unas 500 personas sin hogar.

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Para ello, cada una de las sedes sale días diferentes de la semana. “Algunas los lunes y los jueves; otras, martes, jueves, y domingo… pero tenemos un funcionamiento similar”, explica la presidenta. “Primero, uno de los voluntarios se ocupa de comprar todo lo necesario. Después, nos reunimos en la sede correspondiente para hacer los bocadillos, y una vez los tenemos hechos nos dividimos en las rutas habituales, ya que la idea es siempre ver a la misma gente para crear una relación estrecha de confianza”, señala. Así, después de desearse “buena ruta”, los voluntarios salen “a realizar las distintas paradas que ya tenemos localizadas”. “Depende de la parada, de la persona, del día… nos quedamos charlando más o menos tiempo con cada uno”, añade.

Acompañamiento

Además de las rutas de calle, la asociación abría en 2014 el centro Tándem Bokatas en Madrid, un lugar destinado a servir como refuerzo del acompañamiento llevado a cabo en la calle. Durante 2022, este centro se trasladó a la calle Coruña 24 de Madrid, y, tras la pandemia, ha vuelto a ser un lugar de compañía para las personas sin hogar en el que se presta servicio de duchas y lavandería a disposición de los usuarios. Llevan a cabo también las llamadas ‘Rutas Zero’, en las que acompañar a aquellas personas que han estado en situación de calle en su proceso de salida de la misma y en su integración.

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