Francia ya tiene chivos expiatorios

Con el fin de hacer frente a los extranjeros “que amenacen el orden público en actos reiterados de robo o mendicidad agresiva” (en palabras de Eric Bresson, ministro francés de Inmigración), el Gobierno de Nicolas Sarkozy acaba de expulsar a unos mil gitanos, repatriándoles a Bulgaria y Rumanía. Esta medida ha sido condenada por los principales organismos internacionales, como la Comisión Europea o la ONU. La Iglesia no se ha quedado atrás, empezando por el propio Papa, quien llama a “saber acoger a las legítimas diversidades humanas”. La clave, como explica Christophe Dufour, obispo de Aix-en-Provence, es que ciertos discursos políticos criminalizan a las consideradas, por ellos mismos, “poblaciones inferiores”. Algo habitual en tiempos de crisis…

En el nº 2.719 de Vida Nueva.

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