Redactor de Vida Nueva Digital y de la revista Vida Nueva

¿Cómo ha resonado en Roma el Camino Sinodal alemán?


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La semana

Este lunes arrancan los trabajos de la última semana de la asamblea de esta primera parte de la 16ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Antes de la misa de clausura del próximo domingo y de que llegue el mes de octubre del año que viene el tiempo para perfilar el documento final, se han hecho algunos ajustes para estos últimos días en Roma.



Por una parte, en esta semana hay una buena parte del texto que se va aquilatando para el estudio por parte de los participantes y para que con él en la mano se pueden tomar decisiones organizativas de cara a la segunda sesión. Ahora bien, más allá del texto en el que van avanzando en la asamblea se anuncia una Carta al Pueblo de Dios al final de la sesión.

A la carta y al borrador de lo trabajado en estas semanas se condicionan los encuentros que pueda haber estos últimos días. Por eso el lunes, después de la misa, será esta carta lo que esté sobre las mesas de discusión –en pequeño grupo y en la asamblea–, dejando la tarde del lunes y el martes 24 de octubre como día libre para los padres y madres sinodales mientras se preparan los textos. Por eso se ha trasladado el encuentro Vida Nueva que acoge el coloquio con las cuatro españolas de la Asamblea.

Ya el miércoles, 25 de octubre, el Relator General presentará su balance de la asamblea para se estudie y desde él se estudien las adaptaciones necesarias para octubre del próximo año. Esto llevará, previsiblemente todo el jueves, 26 de octubre quedando libre la agenda del viernes 27, día en el que se ha vuelto a organizar una oración por la paz en la Basílica de San Pedro a las 18.00 h. La misa de clausura será el próximo domingo, 29 de octubre, en el interior de la basílica a las 10.00 h.

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Los alemanes

En estas semanas distintos perfiles han dado cuenta de forma más o menos oficial del desarrollo del sínodo en la Sala de Prensa montada por el Vaticano para la ocasión con un esquema similar al de los últimos sínodos. Un grupo pequeño en número –y ya veremos si en influencia– ha sido el alemán. Este sábado, 21 de octubre, se sentaba ante los periodistas acreditados Franz-Josef Overbeck, obispo de Essen y ordinario castrense, quien hizo una defensa del valor –autónomo y más allá del proceso sinodal actual– del propio Camino Sinodal que la Iglesia católica alemana ha hecho en los últimos cuatro años.

En su intervención insistió en la cuestión de la credibilidad de la Iglesia. “Si somos contradictorios, no convencemos a nadie”. Hay que recordar que este obispo presidió en la asamblea alemana la comisión dedicada a desterrar toda forma de clericalismo en el funcionamiento de las diócesis y parroquias. También este prelado es los que más ha defendido que se pusieran sobre la mesa en Alemania cuestiones como la mujer y el sacerdocio –precisamente los periodistas se quedaron en esto en el turno de preguntas– o la acogida de los homosexuales en la Iglesia.

Overbeck explicó también cómo surgió la inicitiva alemana tras el impacto del escándalo de los abusos y la drástica disminución del número de sacerdotes. Para él, el entorno cultural de Alemania, con su alto porcentaje de personas no religiosas, también había contribuido a la búsqueda de respuestas que pudieran comunicarse en este entorno. Para ello, se recurre a la Palabra de Dios, a la tradición de la Iglesia, a la teología científica y a los signos de los tiempos, que se intentan interpretar como un mandato a la Iglesia. Tirando de experiencia personal señaló que en 14 años como obispo había enterrado a 300 sacerdotes y ordenado a 15, por los que era inevitable preguntarse cómo podía vivir así la Iglesia.

Con este panorama pidió nuevas respuestas ante los nuevos desafíos. Y en ese sentido defendió que el camino alemán seguía siendo totalmente católico –frente a los agoreros del cisma– y que la reforma en muchos aspectos, inevitable. Ahora bien, lejos de toda polémica, hizo autocrítica, y destacó que en la continuación de la vivencia de la sinodalidad en Alemania se podría aprender algo de la atmósfera espiritual y del estilo de escucha practicados en esta asamblea de Roma. ¿También la vivencia concreta de la sinodalidad, en clave evangélica, podrá acrecentar la credibilidad del testimonio de los cristianos?