Redactor de Vida Nueva Digital y de la revista Vida Nueva

¿Ha llegado el momento de revitalizar la evangelización?


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La plenaria

Los obispos franceses están teniendo su asamblea plenaria de otoño de la Conferencia Episcopal del 3 al 8 de noviembre en el entorno, como es habitual, del santuario de Lourdes. En esta ocasión, tras los trabajos hechos en los últimos años a partir del informe de los abusos en los ámbitos eclesiales en el país, han elegido como tema central el anuncio de la fe, completando los puntos del orden del día con una serie de cuestiones internas de la propia Iglesia francesa.



Desde luego la cuestión de la misión es uno de los interrogantes más fuerte que a Iglesia vive en cada uno de los tiempos. En concreto, destaca el periódico La Croix que a este tema se dedicarán no menos de tres sesiones, cuatro horas en total, dedicadas explícitamente a la cuestión de la evangelización en una sociedad que ha vivido de forma tan intensa la secularización como es la francesa. Aunque no se dejarán de lado las víctimas de abusos, a los que se dedicará otro momento –en particular sobre el tema a las víctimas adultas de violencia sexual en la Iglesia– de la agenda de los obispos como señalaba el arzobispo de Dijon, Antoine Hérouard.

El prelado explicaba a los medios que plantearse de nuevo la cuestión del anuncio de la fe puede ser una oportunidad para volver a las raíces de la misión. Para Michel Pansard, obispo de Évry, afrontar de forma sistemática esta cuestión puede ser “una ocasión para hacer examen de conciencia, para ver el lugar que ocupan las cuestiones organizativas en nuestras agendas y para mantener el rumbo que puede ayudarnos a renunciar a ciertas cosas y a proponer otras nuevas”. Para Pansard hay que pasar de una lógica de “conservación” a un “impulso misionero” dirigido a los alejados de la Iglesia, como se oye regularmente en los círculos eclesiales.

Obispos Franceses Lourdes

Salir de la crisis

Como ha ocurrido en otros países “la reflexión sobre la misión ha cambiado en los últimos diez años, sobre todo a raíz de la crisis de los abusos” según admitía Bruno Valentin, obispo de Carcasona. Esto ha puesto sobre la mesa en muchos contextos la cuestión de la credibilidad de la propia institución y, por extensión, del testimonio de los creyentes. En este sentido “también hay que reflexionar en un plano más teológico: ¿qué visión de Dios presentamos?” apunta, ampliando el horizonte, Hervé Giraud, arzobispo de Sens-Auxerre y coordinador de la Misión de Francia.

Los obispos han llegado a la reunión de Lourdes para preguntarse ¿cómo ser testigos de la alegría y el amor de Dios en un mundo gris? Este interrogante se conecta con otras cuestiones que se van a tratas como la experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa y la visita del papa Francisco a Marsella en septiembre. Además, no es indiferente que los prelados estudien también sus relaciones con los musulmanes, ya que este año se celebra el 50 aniversario del servicio nacional dedicado a los musulmanes en el seno de la propia Conferencia Episcopal Francesa. Otra cuestión para la reflexión es el papel de la Iglesia entre los jóvenes y en los barrios populares tras los intensos disturbios urbanos de principios de verano en el país galo.

Más allá de las reflexiones de los obispos franceses, Europa se debate entre un decidido impulso por el primer anuncio o como mantener encendida la evangelización de una cristiandad envejecida e indiferente. Ojalá que, más allá de los titulares, el Sínodo encienda en las comunidades cristianas un renovado empeño por desarrollar la misión de la Iglesia.