El proceso
Hace unos días el periódico francés ‘La Croix’ daba cuenta de la apertura del proceso de beatificación de Charles-Bienvenu de Miollis (1753-1843), antiguo obispo de Digne. La decisión la tomaron los obispos franceses durante la última Asamblea Plenaria de Lourdes, a la que dedicamos este blog la semana pasada. El nombre de este prelado no es que sea muy conocido, hasta que lo asociamos a monseñor Myriel, uno de los personajes iniciales de la novela ‘Los Miserables’ de Víctor Hugo.
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“Monseñor de Miollis es sin duda el obispo más conocido del mundo, ¡pero al mismo tiempo nadie sabe que existió realmente!”, señalaba Emmanuel Gobilliard, el actual obispo de Digne sobre su legendario predecesor, al cierre de su plenaria el pasado 8 de noviembre tras la votación de la apertura de este proceso. “Era verdaderamente un pobre que vivía entre los pobres, y dejó una profunda impresión en Víctor Hugo, que quiso conocerle y pensó durante veinte años en cómo retratarle en ‘Los Miserables’”, según explicaba Gobilliard.
El obispo
Charles-Bienvenu de Miollis nació al sur de Francia, en Aix-en-Provence en 1753 y fue ordenado sacerdote en 1753. Pasó varios años exiliado en Italia porque fue de los clérigos que se neharon a prestar juramento a la Constitución Civil del Clero durante la Revolución Francesa. Nombrado obispo de Digne tras la Revolución en 1806, permaneció en el cargo hasta 1838, cuando presentó su renuncia al Papa, agotado por la fatiga y las penurias. Se trasladó entonces a vivir su retiro en Aix-en-Provence.
Durante los 32 años de su episcopado, cuenta el diario francés, dio muestras de una generosidad inagotable para aliviar la falta de recursos de los pobres y acudir en ayuda de las congregaciones religiosas desamparadas de su diócesis. En el momento de su muerte, muchos testigos recordaron la sencillez de su modo de vida, su incansable caridad y sus palabras justas y contundentes, que contrastaban con las de los obispos de su época.
En este sentido se conserva el panegírico que un canónigo, un tal Bondil, pronunció a su muerte alabando su labor de reconstrucción de la diócesis de Digne tras los efectos devastadores de la Revolución. Sus visitas misioneras le valieron el apodo de “obispo de toda Provenza”. El canónigo le presentó como alguien que se negó firmemente a que la Iglesia fuera subyugada por la política a pesar de las presiones napoleónicas. Su preocupación por los pobres inspiró la escena de ‘Los Miserables’ cuando el obispo regala a Jean Valjean –que acaba de robar su vajilla de plata– dos candelabros más, gesto que en el fondo influirá determinantemente en su futuro. Pronto la familia de Miollis destacó la relación del personaje de ficción con el obispo real.
El musical
Años después, el famoso musical precisamente titula una de sus primeras canciones como: “Obispo de Digne”, para que no haya duda. El propio prelado da muestras de su acogida, al pasar la noche Valjean huye de la residencia del obispo con toda la cubertería de plata, siendo capturado por los ciudadanos que le reprochan el robo a lo que el responde que fue un regalo del obispo que ratificará la mentira mientras le da los candelabros. Un ejemplo que usa el monseñor para proponer un cambio de vida en Valjean como ofrenda a Dios que le ha sacado del entuerto:
Y recuerda bien hermano
Nada ocurre sin razón
Dios te ofrece un gran regalo
Ve y encuentra tu perdónPor la sangre de los justos
Por la muerte de Jesús
Dios te va a sacar del pozo
Hoy tu alma ya es de Dios
