Cuando falta menos de un mes para que el tribunal del Vaticano que ha juzgado las irregularidades económicas de la Secretaría de Estado dicte sentencia, el suspendido cardenal Angelo Becciu ratifica su inocencia en diferentes medios italianos. Para ello se han sucedido las declaraciones tanto del purpurado como de sus abogados defensores Fabio Viglione y Maria Concetta Marzo.
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Posesiones modestas
El fiscal vaticano ha pedido para el cardenal una pena de 7 años y 3 meses de prisión, la inhabilitación perpetua para cargo público y la confiscación de 14 millones de euros. Sin embargo, Becciu ha declarado abiertamente en la edición de la tarde del Telegiornale de Rai 1: “Nunca he robado”. Respondiendo a las preguntas del vaticanista Ignazio Ingrao, reiteró: “Sigo proclamando mi inocencia y puedo decir que nunca he robado, nunca he mejorado mi posición económica: no tengo chalés, ni casas, ni pisos y mis cuentas son muy, muy modestas”.
“Mi intención era sólo crear beneficios para la Santa Sede, hacer sólo el bien de la Santa Sede. Si otros se aprovecharon de ello, responderán por ello”, reclamó Becciu sobre su trabajo en la Secretaría de Estado. El purpurado también quitó hierro a la llamada telefónica grabada al Papa que dice que “ya se lo explicó al pontífice” quien “lo entendió bien”. “Esa llamada telefónica ya estaba muerta. Nadie la conocía. Yo nunca la utilicé, otros en cambio quisieron publicarla”, aclaró. Es más, declaró que estaba “orgulloso de haber ayudado al Papa a iniciar estas reformas”. “También me tomé la libertad de señalar al Papa que ciertas personas no merecían estar en el Vaticano”, añadió selakando que es víctima de las acusaciones de otros. “No quiero pensar en la posibilidad de una condena. Tengo fe. El mismo Santo Padre en los diversos encuentros que he tenido siempre me ha dicho que tenga confianza, que tenga confianza”, concluyó..
