No se si recuerdan ustedes aquella famosa canción de ‘The Buggles’ que se titulaba el vídeo mató a la estrella de la radio (‘Video killed the Radio Star’). A mí me sigue gustando (si no la conocen escúchenla un momento en cualquier plataforma digital antes de seguir leyendo). Surgió en un momento en el que los videoclubes proliferaban por doquier, los cines cerraban, la gente dejaba la radio por la televisión y parecía que todo iba a pasar a partir de ese momento por la comunicación visual más que por la auditiva.
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Pero todos sabemos que ni el vídeo acabó con la radio, ni la radio volvió a ser el principal medio de comunicación de masas. De hecho, el vídeo tal y como se entendía en esos momentos, ha dejado de existir y la radio sigue viva y con estrellas radiofónicas que escuchamos con placer. De igual modo, tampoco han desaparecido los libros de papel a pesar de que muchos los enterraron. Se da una convivencia entre los formatos digitales y el tradicional. También conviven los cursos telemáticos con los presenciales, lo mismo sucede con las reuniones, y con muchas otras actividades presenciales. Lo nuevo no siempre acaba con lo viejo, aunque en algunos casos lo haga como las máquinas de escribir, los casetes, los tocadiscos, etc.
Con la Inteligencia Artificial (IA) vemos procesos parecidos. Tal y como hablé la semana pasada, encontramos a personas que no solo la defienden a capa y espada, sino que afirman que es el futuro. Se trata de apasionados de las nuevas tecnologías como Sudnar Pichai, líder de ‘Google’, que afirma que “La inteligencia artificial supondrá un cambio más profundo que el fuego, la electricidad o internet”[1]. Ellos ven en este invento algo que va a transformar las vidas de las personas de una manera radical. Muchos de quienes piensan así están en altos puestos de empresas que van a hacer negocio con la IA, lo que nos lleva a preguntarnos si están realmente convencidos de lo que dicen y por ello trabajan en el lugar que lo hacen, o si no se lo creen pero lo dicen porque es lo que le conviene a su empresa…
Sospechas
Como sabemos, también existen aquellos que piensan lo contrario, que la IA es una amenaza contra la humanidad que puede llevar hasta su extinción[2]. Algunos de lo que lo afirman son también trabajadores o directivos que realizan su labor en empresas directamente relacionadas con la IA, lo que nos hace sospechar que, o bien tienen razón y conocen bien que están haciendo algo que no es positivo para las personas, o bien simplemente quieren llamar la atención sobre la potencia de la IA para poder incrementar sus ventas.
En todo caso, volvemos a encontrarnos con reacciones encontradas y apasionadas sobre una novedad tecnológica que parece que va a hacer que las cosas no sean como lo eran antes, aunque no sabemos si para bien o para mal.