La situación de cinco municipios en la subregión de san Juan, al sur del departamento del Chocó, pacífico colombiano, es grave por cuenta de los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo.
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Las comunidades de Nóvita, Sipí, Medio San Juan, Istmina y en Litoral de San Juan están confinadas y padecen una emergencia humanitaria por causa de un paro armado promovido por el grupo guerrillero a pesar de que se encuentran dialogando con el Gobierno por un acuerdo de paz total.
Por ello, Mario Álvarez, obispo de Histamina- Tadó y administrador apostólico de Quibdó, ha pedido a los ‘elenos’ permitan el ingreso de la Iglesia para mitigar los efectos de la crisis alimentaria que tiene al borde del colapso a sus pobladores.
Señaló que la gente no puede transitar por los ríos San Juan, Sipí y Cajón, única vía de acceso de estas poblaciones con otros municipios y ciudades.
Auxilio alimentario
El prelado lamentó que esta situación “ya se está volviendo común”, por ende, ha reiterado su compromiso – en nombre de la Iglesia – de “acompañar con decisión y firmeza a estas comunidades”.
“Pido el favor que nos permitan llegar a ellos con un auxilio alimentario inmediato y ruego a todas las entidades departamentales nacionales internacionales, al gobierno nacional que por favor estemos atentos a ponerle fin a esta situación”, añadió.
Los que más padecen la crisis son niños y ancianos, por eso, “nos tiene que llegar al corazón” y que estos grupos ilegales “entiendan que deben dejar libre a la población civil y deben permitirnos a nosotros llegar a ellos con un auxilio humanitario”.