Fue un encuentro de unos quince minutos. Breve, pero intenso. Poco antes de la audiencia general de hoy, Francisco recibía a Roseline Hamel, hermana del padre Jacques Hamel asesinado en 2016 en un atentado yihadista. Es la segunda vez que el Papa recibe a Roseline, que le agradeció al pontífice el “privilegio” por encontrarse de nuevo, dado que en su primer saludo, solo tres meses después de fallecer el sacerdote, no pudo “aprovechar” cita porque estaba en “shock”. “Lo entiendo”, aseveró de inmediato el pontífice.
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La hermana del sacerdote confió al Papa que sigue su particular camino de perdón al asesino de Jacques y le recordó cómo vivió el juicio de los cómplices de su verdugo que se celebró el año pasado. “Es muy hermoso”, respondió el Papa en francés. “Rezo por ustedes como ustedes oran por mí”, añadió, tal y como relata Xavier Le Normand para La Croix.
Unos años más
“Rezo a mi hermano por ti para que recuperes tu salud”, dijo después Roseline. Al segundo, le confesó al Papa con una sonrisa que “como tú, sólo tengo un pulmón”. Este guiño hizo sonreír a Francisco, pero ella prosiguió: “Rezo para que sigas unos años más, porque cuando te veo en la televisión bebo de tus palabras, de ellas saco mis fuerzas”. Visiblemente emocionado, el Papa puso luego su mano sobre la frente de Roseline para trazar la señal de la cruz.
Roseline Hamel entregó al Papa Francisco la letra traducida al italiano de una canción de “paz” que tarareó con Jacques Hamel cuando aparecieron en las noticias “los tumultos del mundo” , así como el texto de una de las últimas homilías de su hermano. A eso sumó unas tortitas del Mont-Saint-Michel. “¡Eres como una madre!”, correspondió el Papa Francisco agradecido.