Marino Bohn, sacerdote en Mato Leitao, en Río Grande do Sul, falleció a los 86 años este 6 de diciembre. Según el parte de la diócesis de Santa Cruz do Sul, fue encontrado sin signos vitales en su casa en Cidade da Orquídeas, donde servía como párroco aún cuando estaba jubilado.
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El sacerdote fue uno de los referentes con mayor reconocimiento en los años 80, 90 y principios de 2000 en la red Cáritas de Brasil como también en Latinoamérica. En 1985 fue director de Cáritas de la regional 5 del episcopado.
Entre 1996 a 2004 fue el secretario ejecutivo de Cáritas latinoamérica, logrando consolidar varias regiones que ampliaron el alcance del trabajo pastoral de esta red.
En una nota luctuosa, Cáritas Brasileña lamentó el deceso: “Su viaje terrenal estuvo marcado por un compromiso incesante con la misión de servir a los más necesitados, siendo un faro de amor y solidaridad”.
Pasión por el Reino
Los obispos brasileños de la región 5 se han unido al duelo que embarga a la diócesis de Santa Cruz do Sul en un comunicado dirigido a su titular Aloisio Alberto Dilli.
Los prelados lo describieron como “una persona muy amable, acogedora, abierta, solidaria y con un inmenso compromiso con los más pobres. Un sacerdote que, desde su vocación sirvió a la Iglesia con dedicación y pasión por el Reino”.
Toda vez que elevaron sus oraciones por su eterno descanso, porque “dejó a todos los que lo conocieron un testimonio de profunda espiritualidad y celo por la Iglesia, procurando celebrar dignamente los Sacramentos, reconfortando y consolando a sus fieles, animándolos a tener un encuentro personal, con el Cristo resucitado”.
Testimonio de radicalidad evangélica
En la diócesis de Santa Cruz do Sul, donde servía como presbítero lo recordarán como un buen pastor “de inmensa y profunda espiritualidad, con una mirada amorosa hacia los enfermos y necesitados”.
“Será recordado por su sabiduría e historias. Fue a encontrarse con ‘papá y mamá’, como se refería cuando hablaba de sus padres, y a quienes invocaba en sus propios momentos de fragilidad”, indicaron.
Han destacado que celebraba y vivía su ministerio a partir de la realidad de quienes más sufren para “promover la vida en abundancia” y fue celoso en vivir “el sacramento del perdón, buscó estar presente en la vida de las personas, guiando a todos a abrir el camino del Padre misericordioso”.