Aunque algunas comunidades ya lo hicieron así el año pasado, todos fieles de la Iglesia ortodoxa ucraniana han celebrado por primera vez la Navidad el 25 de diciembre. A esta decisión ya planteada como opcional el año pasado han respondido también algunas de las parroquias católicas de rito bizantino. Para la Iglesia es una señal de acercamiento a Europa y Occidente en general, en un momento en que el país aspira a ingresar en la Unión Europea.
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Acercamiento a Europa
Este acercamiento supone consolidar la ruptura de la Iglesia con el patriarcado de Moscó y su incorporación al de Constantinopla como una comunidad autónoma. Así, la Divina Liturgia de la Natividad se ha celebrado el 25 de diciembre en lugar del habitual 7 de enero como era la tradición. De esta manera se han unido a los católicos latinos, así como con los ortodoxos griegos, rumanos y búlgaros del país –y de todo el mundo–.
La decisión fue ratificada por el Consejo de Obispos de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, organismo que tras meses de reflexión tomó la decisión en la reunión del Consejo General del pasado 24 de julio y fue publicada en un decreto del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. “Esta decisión de cambiar el calendario es una señal más amplia de acercamiento a Europa y a Occidente en general, en un momento en que el país aspira a entrar en la Unión Europea” señalaba entonces el historiador Antoine Nivière, profesor de civilización rusa en la Universidad de Lorena, a La Croix.