“Todos debemos pedir a Dios la gracia de reconocernos pobres pecadores, necesitados de conversión, manteniendo en nuestro corazón la confianza de que ningún pecado es demasiado grande para la infinita misericordia de Dios Padre”. Así lo ha expresado hoy el papa Francisco durante la audiencia general de los miércoles en el Aula Pablo VI, continuando su ciclo de catequesis sobre las virtudes y los vicios.
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Meditando sobre el combate espiritual, el Pontífice ha señalado que “toda nuestra vida es una lucha, marcada por los contrastes y las tentaciones, que son necesarias para avanzar en el camino de la virtud, pues nos ponen de frente a la realidad de nuestra pequeñez”.
“Quien considera que ya ha conseguido cierto grado de perfección, que no necesita de conversión, de confesarse, o que no vale la pena el esfuerzo, vive en la oscuridad y no distingue el bien del mal”, ha añadido.
Por el contrario, “debemos pedir a Jesús que nos dé la capacidad y la fuerza de confrontarnos con nuestra debilidad, la valentía de abandonarnos a su misericordia y la sensatez de no bajar la guardia en este esfuerzo”. “El enemigo está al acecho y hay que estar alerta para no dejarse engañar”, ha aseverado.
“No olvidemos a los pueblos que están en guerra”
En su saludo a los peregrinos de lengua española, ha recordado que hoy se celebra la fiesta del Santo Nombre de Jesús, por lo que ha instado a pedir al Señor “luz para mantenernos en el camino del bien y su gracia para perseverar en Él, sin temer los desafíos y las pruebas”.
Al término de la audiencia, Jorge Mario Bergoglio ha vuelto a poner en el centro todas las guerras del mundo: “No olvidemos a los pueblos que están en guerra. La guerra es una locura. La guerra es una derrota, siempre una derrota…”.
Asimismo, ha pedido rezar por “las poblaciones de Palestina, Israel, Ucrania y tantos otros lugares donde hay guerra. Y no olvidemos a nuestros hermanos y hermanas rohingya, que son perseguidos”.