Rubén Serrano Jiménez, presidente de la Juventud Estudiante Católica (JEC)
Presidente General de la Juventud Estudiante Católica (JEC)

La juventud en el centro del diálogo social


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La vuelta al trabajo después de las Navidades no está siendo fácil, y el calendario se va llenando poco a poco de compromisos, encuentros y reuniones. Una de estas citas que esperaba con especial entusiasmo era la presentación del Observatorio de Emancipación del 1er trimestre de 2023 desarrollado por el Consejo de la Juventud de España (CJE).



Observatorio de Emancipación

El CJE es una plataforma formada por muchas organizaciones juveniles que busca mejorar las condiciones de vida de las personas jóvenes a través del diálogo y la participación juvenil. Semestralmente, este organismo elabora un observatorio de emancipación que recoge datos actualizados sobre la capacidad de emancipación de las personas jóvenes, las variables que afectan a dicha emancipación, y los principales problemas y retos a los que se enfrentan a la hora de abandonar el hogar familiar.

Y no es mi intención aburriros con un listado de datos, pero sí me parece importante utilizar este espacio para destacar algunas de las conclusiones que saca este Observatorio, pues siento que muchos no somos conscientes del nivel y la importancia de esta problemática.

Juventud precaria y sobrecualificada

Para empezar, la edad media de emancipación en España se sitúa en los 30,3 años; es decir, ahora mismo, las personas jóvenes, de media, no se emancipan en nuestro país (de hecho, tan solo el 16,3% de las personas jóvenes están emancipadas según el observatorio).

Y esto no es una sorpresa cuando vemos que las personas jóvenes tienen que dedicar el 93,9% de su salario para alquilar una vivienda en solitario. Si a esto le sumamos el coste de los suministros (agua, luz, gas…), se genera una deuda mensual de 76,9 euros.

Claro está que con estos datos es imposible que una persona joven se planteé siquiera el comprarse una vivienda; total, si no se puede independizar con un alquiler, mucho menos va a poder permitirse pagar cuatro años y medio de su salario neto íntegro en una entrada de una vivienda.

millennials

Pero, ¿de qué nos quejamos, si somos unos ninis que no queremos ni estudiar ni trabajar y solo queremos vivir del cuento? Pues a todos los que penséis así, siento deciros que los datos hablan por sí solos: tan solo el 1,9% de las personas jóvenes ni estudian ni trabajan (ninis), mientras que el 34% de las personas jóvenes que trabajan están estudiando al mismo tiempo (sisis).

Además el 40,4% de las personas jóvenes están en puestos de trabajos sobrecualificados; es decir, estamos más formados de lo que se necesita para ese puesto de trabajo y, basándonos en nuestros estudios, deberíamos tener otro tipo de trabajos (generalmente mejor pagados y con mejores condiciones laborales).

Teniendo todo esto en cuenta (y tras leer el observatorio completo del CJE), siento que es imprescindible trabajar en mejorar todas estas condiciones, pues es imposible que una persona joven se plantee tener un proyecto de vida, formar una familia, tener hijos o simplemente tener momentos de ocio y tiempo libre, cuando vivir dignamente le cuesta más del 100% de su salario, y las promesas de una vida idílica tras acabar la carrera se desvanecen mucho antes de conseguir el título.