Tribuna

Unidos como cristianos: ¿quién es mi prójimo?

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Es un privilegio poder compartir con ustedes esta noche la experiencia ecuménica y el diálogo interreligioso llegó a mi vida como un despertar de un sueño profundo arraigado (yo) de un dogmatismo pesado y sentir divisorio excesivo por defender la verdad “única y verdadera” que creía yo que tenía.



Releyendo un poco la historia del Buen Samaritano: me encuentro yo como el intérprete que a veces de manera arrogante preguntaba a Jesús: ¿qué haré para heredar la vida eterna? asumiendo que por mi mismo ya tenía la respuesta pre-concebida y formulada, pero Jesús como maestro parabólico y teo poeta de su Reino sale a mi encuentro con su espíritu que sopla, se mueve, ilumina, renueva y transforma mis verdades como murales y vuelca las mesas establecidas.

El Buen Samaritano

Jesús a través de esta experiencia que lo convierte tan vivida narrándola expresa los principios y significados reales de lo que es la “verdadera religión” el hecho de que Dios nos une a él y nosotros “a y en” él y no solo lo expresamos de manera horizontal sino vertical con aquel que también a lado mío (mi próximo) lo invoca – el Buen Samaritano expresa la imagen de un Dios que sale a nuestro encuentro, a nuestro camino, a nuestra situación para mostrarnos que él es “en y para nosotros” y esto llega en su plenitud en la vida de Jesús quien siendo “icono de Dios” expresa y revela en sobremanera a un Dios que se humaniza y vive entre nosotros: comprendiendo, amando, sanando, llamando y gracia y verdad llamándonos a vivir.

Semana de la Unidad de la Unidad de los Cristianos en Badajoz

Celebración en el marco de la Semana de la Unidad de la Unidad de los Cristianos en la archidiócesis de Mérida-Badajoz

También rescato que en esta “parábola del buen samaritano” se expresa el tipo y se podría decir (ideal o ejemplo) de comunidad y discípulos que debemos de ser en este “tránsito y camino con Jesús” no somos aquellos que levantamos la mirada con indiferencia, que pasamos de largo sin importancia, que miramos sobre los hombros con desprecio, sino como Dijo Gustavo Gutierrez: “nos hacemos próximo con el otro, apropiamos su camino y su situación, lo hacemos nuestro” y en ese camino: servimos, amamos, dignificamos, nos enriquecemos, buscamos lo común y luchamos por aquello que trae muerte e injusticia a todo lo que corrompe la imagen de Dios.

Dios lejano, sino cercano

El buen samaritano nos interpela, nos cuestiona, nos examina: se comporta como voz profética para recordarnos de que somos un “Pueblo no los del balcón, sino los del camino, no un pueblo de un Dios lejano, sino cercano, de un Dios que crea en nosotros un corazón y conducta de Justicia, Shalom y unidad – de un Dios que grita: ¡La misericordia antes que la ley que mata! – y esto lo hacemos con todos aquellos y aquellas que quieren vivir a la manera de Jesús, que sacan su pie fuera del vallado y se encuentran con aquellos que son “parte y búsqueda de lo común en la experiencia con Dios”.

¿Quién es mi prójimo? – todo lo humano, porque en todo lo humano encuentro el rostro de Dios y junto con él: camino en paz, vivo la justicia, anhelo un mundo mejor, lo construyó, me relaciono, me implico y en esperanza vivimos. La búsqueda del diálogo interreligioso y la oración por ello es la administración conforme a la voluntad de Dios y como dijo Pedro: “su multiforme gracia” – espero que podamos seguir con este sentir y deseo de llevarlo a la practica “..porque en él vivimos, nos movemos y existimos…

*Santiago Morán pertenece a la Iglesia Bautista