Con esta entrada termino la sección en la que os he ido contando cuáles son las campañas de la JEC para los próximos dos años.
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Cada persona está en un momento vital diferente. Algunas acabando la carrera, otras haciendo algún postgrado y otras iniciándose en el mundo laboral. Pero todas tenemos la misma inquietud sobre qué podemos hacer para cambiar nuestra realidad y observar el mundo que nos rodea desde una mirada dirigida hacia el cuidado. Este tema ha provocado que nos encontramos en un escenario de incertidumbre, ya que ¿cómo podemos cuidar en nuestro primer año siendo personas graduadas?
¿Sociedad de cuidados o de descuidos?
“Todos –diría Leonardo Boff– somos hijos e hijas del cuidado porque biológicamente somos seres carentes (Mangelwesen), no tenemos ningún órgano especializado que nos garantice la supervivencia”
Somos cuidado porque nos cuidan.
Somos cuidado porque nos cuidamos a nosotras mismas.
Somos cuidado porque cuidamos a otras y a nuestro entorno.
Uno de los síntomas que demuestran que una sociedad es humana es su implicación en el cuidado. Es necesaria la implicación de todas las personas en este problema, tanto hombres como mujeres, instituciones o asociaciones, para tener un cuidado más cercano y humano entre nosotras y poder crear un planeta justo y habitable.
El ser humano es un ser de cuidados de manera inherente ya que es un ser compasivo y empático. Sin embargo, últimamente ha surgido la necesidad de cambiar un paradigma social muy centrado en la realidad del descuido.
En el contexto actual de crisis de sostenibilidad y fragmentación, la propuesta de los cuidados emerge como una alternativa crucial para transformar el marco sociopolítico. Los descuidos son toda forma de desvinculación con la vida que vivimos y con el planeta que habitamos. Por ello es necesario vehicular el cuidado hacia la humanización de la vida en todas sus múltiples conexiones.
La única solución posible
Los cuidados no solo son una opción razonable, sino posiblemente la única para cambiar el modelo social existente. Se presentan como la clave para construir alternativas sostenibles y viables para todas. Son una herramienta para enfrentar injusticias y descuidos, y una protesta contra el dominio, control y abuso entre las personas y con la naturaleza.
Necesitamos conservar la esencia de lo que somos, relación entre criaturas en un Universo en el que todo está conectado. Debemos comenzar a ser conscientes de que no somos ni dueñas ni propietarias del mundo que se nos ha dado.
Es importante cuidarse a una misma, a las demás y al planeta que vivimos, pero también lo es cuidar con otras personas. Juntas nos movilizamos para transformar el mundo.
El cuidado reclama un entretejido de múltiples procedencias y culturas, en la conciencia de que sólo juntas podemos dar el salto evolutivo que la historia nos reclama. Y para llegar a ese “juntas” cada una ha de dar un pequeño paso adelante ya que el cuidado reclama compromisos personales y colectivos.