Tras varios meses de preparativos y de mucho agobio, por fin llegó el 23 de febrero, fecha en la que comenzaba nuestro Encuentro por Etapas y Encuentro Estatal de Animadores en Alcalá de Henares.
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Un momento especial ya que, además de lanzar nuestras campañas bianuales (de las que os he estado hablando las últimas semanas), nos volvíamos a reencontrar todo el movimiento tras nuestra XXXIX Asamblea General, celebrada en Mollina del 24 al 30 de julio.
Un cambio en la sociedad
Dos días de trabajo, dinámicas, reflexión y discernimiento en las que cada etapa nos adentramos un poco más en nuestras campañas y comenzamos a plantear qué cambios necesitamos en nuestros ambientes para acercar un poco más el Reino de Dios.
Secundaria trató temas como la salud mental, las relaciones con los amigos, la preocupación sobre el físico o la perspectiva de género, siempre desde la clave de cómo la sociedad genera presiones en las personas jóvenes.
Universidad se adentró en la participación política, y, tras mucho debate, establecieron cuáles son los derechos (o prioridades) que todas las personas deben tener cubiertas (como son la libertad de expresión, la protección contra la discriminación y el acoso, el acceso a una vivienda o agua potable, entre otras). Además, construyeron ‘Ciudad JEC‘, una ciudad de papel que recoge los objetivos y las acciones concretas a las que se comprometen cada uno de los militantes para hacer de sus ambientes espacios más justos y habitables.
El grupo de graduadas participó en la ‘Cumbre del Cuidado‘, un espacio donde reflexionaron sobre cómo un país puede generar cuidados o descuidos, debatieron sobre si los humanos estamos implicados en el cambio climático, y compartieron fraternalmente su situación personal actual.
Por último, los animadores tuvieron su Encuentro Estatal de Animadores, un espacio donde, a través de la Revisión de Vida, analizaron los retos y nuevos pasos a dar en torno a la animación, analizaron la realidad que viven las personas jóvenes actualmente, y establecieron sus propias metas a corto y medio plazo.
Encuentro JEC Alcalá de Henares
No todo es trabajo
Pero, aunque no lo parezca, no todo es trabajo. Una parte importante de nuestro encuentro (y la que me llevo con más cariño) son los momentos lúdicos e informales. A través de veladas, dinámicas, juegos, o simplemente tiempo libre, vamos conociendo al resto de militantes que formamos la JEC en los distintos lugares de España, y vamos formando una comunidad de personas que nos apoyamos en nuestro proceso personal.
Es emocionante y una fuente de energía para mí volver a reencontrarme con personas que siempre han estado ahí (a pesar de vivir a muchos kilómetros de distancia). Personas con las que he compartido reflexiones muy profundas a lo largo de los años, y que encuentro tras encuentro vamos forjando una amistad cada vez más fuerte basada en unos valores y un proyecto común (cada uno desde nuestra realidad).
Un agradecimiento especial
Todo este trabajo está acompañado de momentos de espiritualidad y de discernimiento que, además de integrarse en el trabajo por etapas, cuentan con su propio espacio. Nada de todo esto tendría sentido si no nos paramos a reposar lo vivido a la luz del evangelio.
Antes de terminar quiero darle las gracias de manera especial a Antonio Prieto, obispo de Alcalá de Henares, que hizo un hueco en su agenda para acompañarnos en la celebración durante el sábado y aterrizó todo lo que estábamos trabajando de una manera cercana y comprometida con el mundo estudiantil.
