Cuenta atrás para la 53ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, promovida por el Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR). Bajo el lema ‘Comunión y fraternidad: dos tareas siempre pendientes’, el centro formativo de los misioneros claretianos organiza esta jornadas con un talante de interdisciplinariedad que se celebrarán en el Espacio Maldonado de Madrid, del 3 al 6 de abril. Entre los ponentes, destaca la presencia para la apertura del subsecretario del Sínodo de los Obispos, el agustino Luis Marín, que abordar ‘el tiempo sinodal como reto a la vida consagrada.
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“La vida consagrada no puede presumir alegremente de ser una escuela de comunión y parábola de fraternidad sin pararse a reflexionar sobre qué implican de verdad”, subrayó esta mañana el director del ITVR, Antonio Bellella, durante la presentación de este foro de reflexión. Es más, admitió que en la vida religiosa “adolecemos de falta de coherencia a la hora de hacer realidad estos dos ideales profundamente evangélicos”.
Fusión y fisión
Junto a esta autocrítica, el misionero claretiano amplió su meditación a toda la Iglesia. “La temperatura de la comunión eclesial es la comidilla de muchos medios informativos religiosos y no religiosos”, sentención. Así, planteó que “la temperatura de la comunión eclesial no está, por desgracia, en sus grados más altos”.
“No se llega a convertir esto en motivos de división, pero a veces sí genera cierta tensión y, sobre todo, una especie de desánimo”, expuso, a la vez que hizo una defensa de la necesidad de una mayor “comunión en la diversidad”. “Lo mejor que tiene nuestra Iglesia es que es católica, y lo peor que tiene es que es católica”, dejó caer con cierta ironía.
En esta misma línea, dejó caer que “aunque se habla mucho de fusión, vivimos tiempos de fisión”. “Cuando se habla de comunión, unión, acuerdo y fraternidad se acompaña un alto grado de perplejidad”, lamentó Bellella, sabedor de una “tendencia casi irrefrenable a la polarización”. “Mientras el Sínodo incluye la categoría comunión en las comunidades cristianas afloran debates que parecen contradecirla”, compartió el director del ITVR con los periodistas.
Por eso, justificó la necesidad de que la Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada se empeñe en esta edición en “intensificar la comunión interna” desde “la diversidad creciente de nuestros espacios”, así como “estimular la fraternidad” aplicando “la amistad social a todos los niveles”. Y es que Bellella está convencido de que “no podemos procrastinar la tarea” de transformar las estructuras y modos eclesiales. Para Bellella, comunión y fraternidad no pueden considerarse “bienes adquiridos” sino que urge darles “un nuevo contenido”, “repensar su contenido”.