A sus 65 años, Blas Rodríguez está lejos de jubilarse. Ni siquiera de querer hacerlo. Tal como recoge Salamanca RTV Al Día, es párroco de varios municipios de la comarca de Guijuelo, da clases en un instituto, dirige el colegio e internado de Armenteros, gestiona un albergue de peregrinos y es el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago (ACASAN), con la que organiza peregrinaciones cada año.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- PODCAST: Agenda 2030: ¿Condena o absolución?
- Regístrate en el boletín gratuito
“Andando de un lado para otro uno está despierto, y está con la ilusión de poder llegar a todos los frentes”, dice este sacerdote. “La edad te va marcando un poquito, pero la edad también es psicológica. Si tienes espíritu joven, pues aunque seas más viejo que mi abuela serás joven, pero si tienes una mentalidad y un espíritu viejo, serás viejo toda la vida. Interesa mantenerse joven”.
Y es que Blas vive en Fuenterroble de Salvatierra, donde tiene un hogar de peregrinos y un taller de oficios. Desde allí sale a ejercer como sacerdote de otras localidades. En Armenteros, por ejemplo, también dirige el colegio, al que llega recorriendo un camino de 45 kilómetros en el que, asegura, “son todo curvas, es una carretera complicada”.
Director de colegio
“Por la mañana tengo a algunos de esos alumnos aquí en clase en el Instituto, los tengo más o menos controlados. Y luego, alguna tarde, un día sí y otro no, suelo ir por allí y les atiendo espiritualmente y también voy coordinando el ritmo de la vida diaria del centro”, explica, reconociendo que “es complejo, porque es un internado intensivo, allí están las 24 horas del día y los ocho días de la semana, y el mes entero y trimestre entero muchas veces. Pero es una experiencia que vale la pena, porque estamos ayudando a una serie de chavales a que tengan un hábito de estudio, a que tengan un lugar donde poder estar centrados y no despistados con tanto escaparate y tanto móvil”.
El principal obstáculo de este colegio es “que por estas políticas gubernamentales, no nos conceden visados para los chavales que tenían que venir. Porque toda la vida se han autorizado visados para los chicos que vienen a estudiar a España, bastaba con que estemos en un centro oficial para oficial, sin embargo llevamos dos años en que esa posibilidad está cerrada”. “Si no vienen chavales de fuera y los que ya están aquí van terminando los ciclos, pues no quedamos cuadro.
Pero haremos todo posible por mantener el centro abierto hasta las últimas consecuencias”, asegura. Y es que este colegio recoge a chicos que no tienen medios económicos para estudiar. “Económicamente estamos haciendo milagros a todas las horas”, asegura el cura, “prácticamente estamos funcionando con mucha entrega, con mucha generosidad por parte de los colaboradores que estamos ahí”.