Termina la Cumbre de Nueva York sobre la pobreza con las promesas de siempre
(J. C. Rodríguez Soto) Una promesa no alimenta”. Así reza el cartel de la campaña que la coordinadora de ONG para el desarrollo acaba de poner en marcha en España para exigir que se cumplan las promesas de los países más ricos del mundo para terminar con la pobreza. La foto que acompaña a la leyenda no puede ser más elocuente: una mano coge una cuchara ante un plato vacío en el que hay un recorte de periódico del 2000 con el titular: “Antes del año 2015 terminaremos con el hambre”.
Esta campaña expresa un sentimiento muy habitual en la sociedad civil europea cuando terminan cumbres importantes, como la reciente reunión global sobre la pobreza celebrada en Nueva York la semana pasada: que todo se queda en palabras. Allí se volvieron a expresar promesas de 16.000 millones de dólares para ayuda al desarrollo de los países más pobres, de los cuales 1.600 millones serían para seguridad alimentaria y 2.000 millones para combatir la mortalidad infantil. El cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, presidente de Cáritas Internacional, que participó en la cumbre, recordó al final de ella que los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) llevan años de retraso, sobre todo en África. Los datos más recientes de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD) muestran que la ayuda oficial al desarrollo del G-7, los países más industrializados del mundo, descendió un 1% en 2007. Además, según las estimaciones, se necesitarían alrededor de 150.000 millones de dólares al año hasta 2010 para alcanzar los propósitos fijados por los Objetivos del Milenio.
El cardenal Maradiaga hizo un interesante comentario al hilo del famoso fondo de 700.000 millones de dólares propuesto para salvar el sistema financiero de los Estados Unidos: “¿Y qué mayor emergencia que diez millones de niños que mueren cada año a causa de enfermedades que podrían prevenirse?”.
Durante la cumbre de Nueva York, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, señaló que “los países desarrollados no pueden excusar el incumplimiento de sus obligaciones en la situación de los mercados”. Con estas palabras instaba a la comunidad internacional a reforzar las medidas necesarias para cumplir los ODM. Mientras, 1.400 millones de personas, uno de cada cuatro habitantes del planeta, sigue viviendo en la pobreza. Una vez más, por tanto, hemos asistido a una declaración de buenas intenciones, pero la realidad es que el año 2015 está cada vez más cerca y los ODM no se cumplirán, de continuar las cosas de esta manera.
En el nº 2.630 de Vida Nueva.