Cáritas Colombia se congregó en pleno, del 9 al 12 de abril, cobijados por el lema ¡Una Iglesia samaritana, es la que se parece a Jesús!
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El cardenal Luis José Rueda, presidente del episcopado y arzobispo de Bogotá, y Juan Carlos Barreto, presidente de Cáritas y obispo de Soacha, encabezaron la jornada de tres días para evaluar el caminar de la Iglesia en cuanto a su acción social, junto a 72 directores diocesanos de toda Colombia.
El país sigue atravesando diferentes crisis: violencia, migratoria, desplazamiento, ambiental y política, por ello, “es necesario continuar con la pedagogía referente a la paz y reconciliación que fortalece la buena información y es herramienta fundamental”.
Todo ello “disminuirá las desigualdades de los más necesitados”, sobre todo resulta impostergable “el cese al fuego”, puesto que “es una salida para que las comunidades no sigan experimentando desplazamientos, confinamientos, muertes y otro tipo de violaciones a los derechos humanos”.
Migrantes en riesgo
Otro aspecto prioritario para Cáritas es la migración venezolana. Han denunciado que medio millón de personas “no han accedido al Estatuto Temporal de Protección, lo que significa que siguen en situación de irregularidad y con desigualdad en el acceso a derechos”.
En ese sentido, mencionaron que tienen “grandes retos en la articulación entre los diferentes sectores para una respuesta integral a la población migrante” como también han observado las brechas en la atención a migrantes con necesidad de protección internacional.
Elogiaron “la extraordinaria fortaleza y el aporte sostenido” a los agentes pastorales “particularmente de aquellos que se encuentran en las regiones de mayor conflictividad, mostrando el rostro de una Iglesia samaritana que sirve generosamente y brinda a todos el abrazo de la fe con una creatividad pastoral que merece todo nuestro reconocimiento”.
Moderar los discursos
El llamado de Cáritas – frente a las crisis multidimensionales en las regiones – es “a mantener el diálogo en nuestros territorios, desde la cultura del encuentro y con espíritu sinodal, es el mejor camino para superar la crisis”.
La paz y la reconciliación son tareas pendientes que requieren explorar “nuevos caminos” y de “audacia pastoral”, por tanto, “Colombia cree más en la eficacia del diálogo pacífico que en la violencia destructora; confía más en los procedimientos humanos y racionales que en las acciones de guerra y de muerte”.
Aquí resulta más importante “humanizar los conflictos antes que agudizarlos”, por ello han pedido a los gobernantes y dirigentes a “darle reposo a la palabra para abrirle curso al testimonio, suscitando y alentando el compromiso y el empeño de todos; dejando de lado las descalificaciones y posturas que promuevan el resentimiento y la división”
Toda vez que piden a las autoridades locales y nacionales “a fortalecer los mecanismos de
participación, vigilancia y control; a valorar la consulta previa y generar leyes que, en todos los ámbitos que protejan el medio ambiente que nos rodea”.
Diálogo y sabiduría
Cuando se aproxima la COP 16 – Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad – a realizarse en Cali, occidente del país, han pedido a todos los ciudadanos establecer “un diálogo sincero y propositivo para que Colombia aproveche esta oportunidad y sea pionera en la protección de nuestra Casa Común, uniendo a todos los sectores de la sociedad civil”.
En este momento crucial que vive la nación invitan a a asumir con auténtico compromiso la fe, porque “como cristianos que creemos y seguimos a Jesús, experimentamos más intensamente la necesidad de la oración, de decirle a Jesucristo, Señor de la Historia: “Necesitamos de tu consuelo y fortaleza”.
Samaritanear por toda Colombia, esa es la apuesta de Cáritas, en medio de tantos surcos de dolores, cpn una invocación reafirman: “Queremos ser una Nación reconciliada y en paz y para lograrlo, concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda”.
Foto: Cáritas Colombia