La Fiscalía y efectivos de la unidad anticorrupción allanaron la residencia de Carlos Stetter, obispo emérito de san Ignacio de Velasco, jurisdicción sufragánea de Santa Cruz de la Sierra, al este de Bolivia.
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Las autoridades le acusan por legitimación de ganancias ilícitas. La orden fue emitida por por el juez Primo Flores Rodríguez y ejecutada por el fiscal Gustavo Adolfo Ríos Guaygua. El prelado aseguró que se trata de “un abuso” y desconoce los motivos de este operativo. “Voy a ir a indagar a Santa Cruz en la Fiscalía”, declaró a la Red Uno.
Por ahora quedaron confiscados una camioneta y documentos que serán analizados en la sección regional del Ministerio Público en la capital cruceña. También una alta suma de dinero que asegura “no está vinculado a ningún tipo de ilícitos”.
Tras saber la noticia, la Conferencia de obispos se ha resteado con su colega y hermano: “En ningún momento dudamos que su proceder en todo lo que respecta a los actos administrativos en la Diócesis han sido llevados siempre en total trasparencia y honestidad”.
Expresaron su cercanía, toda vez que pidieron a las autoridades desarrollar la investigación en “el marco del debido respeto de las leyes y procesos judiciales, y bajo criterios éticos de verdad y transparencia”.
Sin el debido proceso
También desde la diócesis de san Ignacio de Velasco han emitido un comunicado en rechazo de “este acto abusivo contra un pastor de la Iglesia Católica que ha dado una vida de servicio al pueblo”.
Lamentaron el mal proceder de las autoridades, que bajo la presunción de que “su movimiento económico no cuadra con las actividades que desempeña como religioso” actuaron de este modo.
“Solo prueba la ignorancia y el prejuicio del Fiscal que no sabe apreciar lo que significa la actividad y la vida de la Iglesia, y hace ver que desaparece en Bolivia la presunción de inocencia”, señalaron.
Aseguraron que Stetter financia sus actividades a través de “varias inversiones, incluyendo oficinas alquiladas a la fiscalía de Santa Cruz, que incluyen el mantenimiento de una
red de torres de transmisión de medios de comunicación católica”.
Además indicaron que el obispo emérito “apoya la construcción de capillas, ha donado una ambulancia al municipio de San José de Chiquitos, y otras obras solidarias”.
29 años en san Ignacio de Velasco
Stetter, de 83 años, nació en Alemania en 1941 en pleno auge de la Segunda Guerra Mundial. Fue ordenado sacerdote en 1966 y en 1971 fue enviado como misionero a Guatemala. Allí, en medio de la crispación de la Guerra civil, fue expulsado por los militares.
Llega a Bolivia en 1979 al vicariato de Chiquitos, elevada a diócesis en 1993, y se convierte en san Ignacio de Velasco. En 1995, asume el gobierno pastoral de esta jurisdicción hasta 2017 cuando renunció por límite de edad.
En sus 29 años como obispo de san Ignacio de Velasco repartió 54.000 hectáreas de tierra, fundó cinco nuevas comunidades: Santa María, Buena Vista, los Ángeles, María Asunta y San Luis.
Desde la diócesis sostienen que el prelado “lleva una vida personal austera y a sus 83 años, con 57 de sacerdote, 45 de misionero, 36 de obispo, está por entregar sus últimos respiros a favor de este pueblo”.
“Semejante trato abusivo es una verdadera y gratuita violencia en contra de su vida”, por consiguiente, “exigimos el retiro de esta infundada denuncia, y la devolución inmediata de sus bienes”.
Foto: Red Uno
