La catedral de Girona ha acogido en la tarde de este 21 de abril, la ordenación episcopal y el inicio del ministerio del nuevo obispo fray Octavi Vilà (Tarragona, 1961). Una celebración que ha estado presidida por el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, y que ha contado, entre otros con el nuncio apostólico Bernardito C. Auza o el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello. Al acto también ha acudido todos los obispos de Cataluña y de otras partes de España, así como una importante representación de comunidades cistercienses, masculinas y femeninas, de media Europa junto a otras autoridades políticas y militares.
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Vilà ha elegido como lema episcopal “Sé al frente para servir”, una expresión de san Bernardo de Claraval y para su escudo ha elegido elementos de la diócesis de Girona y de la orden del Cister. Y es que el nuevo obispo llega a este servicio siendo el actual abad de Poblet estando la diócesis casi dos años en sede vacante, desde el fallecimiento del anterior prelado, Francesc Pardo, el 31 de marzo de 2022. En este último tiempo el sacerdote Lluís Suñer i Roca ha sido el administrador diocesano, encargado de dar la bienvenida a los asistentes al inicio de la celebración y que glosó la rica historia de la evangelización en la Iglesia en Girona y deseó que la llegada del nuevo prelado se una “llama” que contagie la fe a través de su testimonio. El nuncio también saludó en nombre del Papa al administrador diocesano por su labor y al nuevo obispo a quien le recordó que “no es la primera vez que el Papa encomienda esta misión [la de obispo de Girona] a un abad” pidiéndole que haga suyas unas palabras de san Benito sobre el acompañamiento del abad.
Un pastor para Girona
En su homilía, Planellas recibió al esperado nuevo obispo tras “más de dos años” son prelado y destacó que el nuevo obispo es “persona de grandes calidades humanas, intelectuales y eclesiales, hasta ahora abad del cenobio más importante de la Tarraconense”. El nuevo titular llega a la sede de santos como el diácono Feliu –evangelizador de Girona– y san Narciso. Fray Octavi, destacó el arzobispo de Tarragona, llega con “la misión de servir como pastor esta Iglesia”, el encargo de predicar “el evangelio de Jesucristo, que seas un buen pastor, que estés dedicado noche y día al servicio de Dios y que convoques el Pueblo santo para la celebración de la Eucaristía”.
El nuevo prelado ha sido llamado “a ser pregonero de su salvación, con una predilección especial para los más alejadosde la vivencia de la fe y para los más pobres”. Le pidió que esté “el obispo con el pueblo y el pueblo con el obispo” como el Buen Pastor, una “donación y entrega total de Jesús significa el colmo, el ápice del amor y la misericordia de Dios hacia nosotros. Este pastoreo de Jesús, el Dios en medio de nosotros, acontece sublime y único, aconteciendo el ejemplo y el modelo de todo verdadero buen pastor de la comunidad”.
Además, añadió, “el verdadero pastor es quien plantea la radicalidad del seguimiento de Jesús”. “No tendrás otra fuerza ni jefe más escudo que el del Evangelio. En cambio, las menudencias de las formas, las metodologías de la pastoral, estas cosas pueden ser importantes, pero no son el esencial. Por eso, el verdadero pastor es aquel que es exigente con él mismo. Cuando esto tiene lugar, este testimonio penetrará con más suavidad en los otros, en aquellos con quienes se tiene una tarea pastoral”, recomendó Planellas.
Ir contracorriente
“Como obispo, tendrás que aconsejar mucho, pero teológicamente, es decir, desde Dios, desde su mirada. Tu experiencia como monje y abad te ayudará muchísimo. Este consejo, además, lo ejercerás en el marco de una Iglesia sinodal y, por lo tanto, pidiendo el buen consejo a aquellos a quien corresponde”, instó el metropolitano insistiendo en la perspectiva teológica. Además, añadió, “el obispo tiene que asumir, como Jesús, la carga que supone ir a contracorriente, ir en contra y, por lo tanto, contrariar”.
“Que tu esfuerzo acontezca sereno, respetuoso y cordial porque quieres amar y sufrir por esta estimada Iglesia de Girona”, deseó. “Que el amor de Cristo te tenga atrapado”, añadió. Dirigiéndose a los fieles, destacó que “la sucesión de los apóstoles continúa en nuestra casa” con un nuevo obispo al que no le ocultó que un prelado “también sufre muchísimo en las dificultades, como en cualquier empresa humana”, aunque “el Espíritu irrumpe en el corazón, no dando la solución a los problemas, que es trabajo de los hombres y mujeres, sino comunicando su luz y fortaleza”.