Desde hace más de 15 días la provincia de Misiones está viviendo una difícil y compleja crisis social con protestas, marchas, acuartelamientos y carpas de reclamos. Por tal motivo, los obispos de las diócesis que están en esta circunscripción brindaron un mensaje a los ciudadanos: “La sabiduría del diálogo”.
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La situación
La escala del conflicto crece día a día. Algunos de los sindicatos que agrupan a trabajadores del Estado provincial están en la calle, reclamando incrementos de salarios. Maestros, médicos y personal de enfermería, y hasta la policía provincial autoacuartelada se encuentran manifestándose, en la avenida principal de la ciudad de Posadas, demandando mejoras de los haberes.
Hasta el momento, las representantes del gobierno ofrecieron recomposiciones muy inferiores a las exigidas. Los trabajadores han rechazado los ofrecimientos por estar muy lejos de las expectativas (piden un 100% de aumento y el gobierno ofreció el 30%), lo que se traduce en una situación estancada o en crecimiento en cuanto a la crispación social. Sobreabundan las denuncias, los incumplimientos, la sedición y hasta delitos por parte de los manifestantes.
Diálogo
Los obispos de las tres diócesis de la provincia, Juan Martínez, obispo de Posadas; Damián Bitar, obispo de Oberá; y Nicolás Baisi, obispo de Puerto Iguazú, aseguraron que están siguiendo, con mucha cercanía, “los graves acontecimientos de estos días”.
Pidieron evitar alimentar la confrontación, al tiempo que pidieron propiciar el modo más sabio y oportuno para afrontar los conflictos, en la búsqueda de consensos, a través del diálogo.
En el marco de estos días de homenaje por el nuevo aniversario de la formación del primer gobierno en el país, convocaron a todos (funcionarios y ciudadanos) “a asumir los acontecimientos patrios que abrieron con esperanza procesos fundamentales para nuestra Nación, como un legado que nos interpela a seguir trabajando por la justicia y la paz, atendiendo especialmente a los más necesitados”.
Asimismo, invitaron a todo el Pueblo de Dios a rezar y unirse en oración en misas o celebraciones a pedir juntos “a Jesucristo, el Señor de la Historia, que nos conceda a todos la sabiduría del diálogo y la alegría de «la esperanza que no defrauda» (Rom 5,5)”.