José Luis Pinilla
Migraciones. Fundación San Juan del Castillo. Grupos Loyola

Ventana que se abre al olor a tierra ausente, a perfume de luz


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En estos días previos a las elecciones europeas renuevo la confluencia de sabores y de olores, esfuerzo, lágrimas y sonrisas compartidas de miradas e historias que me vienen al revisar una visita que hice en 2015 a la Misión Católica de Lengua Española para emigrantes en el Cantón de Zúrich (Suiza) –activa desde 1957–. Y me quedo con una síntesis: cuando Juan Carlos Rodríguez, CMF, su director, me enseñaba satisfecho una frase grabada en la medalla de oro a la emigración española. El grabado tiene dos manos. Y entre ellas la figura de una paloma, y la inscripción ‘Honor de la Emigración’. En el reverso puede leerse esta inscripción: “Olor a tierra ausente, a perfume de luz”, frase de Miguel de Unamuno.



Frase grabada en la medalla… pero modelada previamente en el corazón de los emigrantes.

Juan Carlos se mueve muy bien en la redes. Últimamente con vídeos muy cortos. Un claretiano ejemplar. El último vídeo rescata el valor de la Revista Ventana Europea, dedicada más de 30 años a la difusión de la realidad migratoria de habla española en Europa. Me hago eco de ello desde la cercanía y el gozo que a mí también me supuso trabajar en ella, junto con un equipo (Arzoz, José Atilio, Nancy, Toos, Mari Fran, Carlos, Jorge, Ferrán, el gran editor Ramon Ajo, etc.) sensible, rico en experiencia, referentes claros por su testimonio y entrega a los emigrantes. Que de la labor cotidiana siempre elevaban el tono para convertirse en referencia escrita (no oficialista) de esa gran realidad española que tanto aportó a la construcción europea. Y me adhiero lógicamente al reconocimiento que hace Juan Carlos de la fuerza, la garra y las ganas con que se defendió y valoró la aportación de los migrantes españoles (luego latinos) desde la revista. Misión cumplida.

Me recordaba entonces, junto con los ejemplares misioneros y capellanes, que entonces –y ahora lo refresco– como se debía poner sobre el tapete la gran verdad de una identidad enriquecida cuando se mantiene bien la cultura de origen y se comprende complementada por la cultura de destino. O viceversa. Al fin y al cabo, el cielo, la luz, la primavera, la tierra… todo nos nutre en la Casa común para quien sabe vivir agradecido sin poner exclusiones ni fronteras.

Misiones para Migrantes de habla española en Europa

Rescato estas  reflexiones de entonces basadas en su vital experiencia reflejada en un programa de Julián del Olmo en Televisión Española titulado ‘En Suiza se habla gallego’. Uno de los cinco programas donde colaboramos para dar a conocer las Misiones para Migrantes de habla española en Europa.

“Me parece fundamental –decía Juan Carlos– centrar esfuerzos y energías que nos hagan de verdad ser ese corazón que recibe, que acoge y abre puertas y que ofrece formas y posibilidades para que cada persona pueda nombrar lo que está suponiendo para ella ser migrante, y al nombrarlo se pueda hacer cargo de ello y se pueda orientar… Por la manera de estar ahí, en el terreno, deberíamos parecernos a los faros que están emitiendo señales… Nos toca ser, en muchas ocasiones, ese colchón que amortigua los embates de la nueva cultura del país de acogida: el desconocimiento de la lengua, las barreras, los recelos, la desorientación, los múltiples duelos… De la acogida y la escucha nacerán iniciativas; hemos de primar aquellas que den ánimos, que sean generadoras de afirmación y crecimiento, que respondan a las necesidades reales y a las urgencias específicas de las personas, de las familias… Ahí, en esa tarea, se nos pide alentar la integración, la suma de voluntades y esfuerzos, el tejido asociativo… Cada vez vamos a sentir con más urgencia que merece la pena luchar por crear redes de apoyo comunitario, por colaborar con otras instituciones que desde su propios planteamientos están por la labor de acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes. Y en nuestro hacer cotidiano dejar traslucir dónde alimentamos nuestra utopía, donde renovamos la esperanza, donde encendemos el fuego del cariño y la entrega: en la persona y el Evangelio de Jesucristo, el Profeta de Galilea”.

Ventana Europea

Ese aroma, decía Unamuno que “huele a cielo de España (o de tu país originario, añadimos nosotros), olor de la luz del sur, al cielo de mis sueños, sueños de la juventud. Olor a primavera, a verdura en azul, olor a tierra ausente, a perfume de luz”.

Que cada emigrante del país que sea puede aplicar estos versos a los colores de su tierra, a los recuerdos que enriquecen… Para ello estuvieron las Misiones Católicas de Lengua española y sus capellanes. Ventana Europea solo (¿solo?) hizo lo que debía: abrirse de par en par. Y críticamente cuando era necesario, para ser también alternativa de proclamas oficiales. Para ello estuvieron  las Misiones Católicas de Lengua española y sus capellanes. Y sus gentes. ¡Gracias!

“Todos somos ciudadanos. Es una locura mantener la pureza de raza o la exclusividad  de las fronteras”, dice Juan Carlos . Y dice bien. Ventana Europa se abrió para que entrara, sin fronteras, el aire, el sol y el viento de un mensaje de algo que a veces se olvida (y así nos va): también nosotros fuimos emigrantes.