Acabamos de celebrar grandes fiestas en nuestra Iglesia, por ejemplo, pentecostés y la fuerza del Espíritu Santo en cada uno de nosotros, en diferentes lugares el ambiente se llenó de alegría, el fuego que arde en cada corazón y la fuerza del Espíritu que contagia la fe y construye nuestras comunidades.
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Celebramos en cada comunidad parroquial y diocesana: congresos, eventos, retiros, predi-conciertos… entre otros momentos muy importantes para avivar la fe, volver a gozarnos en el Espíritu y dejarnos recrear por su amor que llena nuestras vidas. Por ejemplo, nuestra parroquia San Juan Eudes, en Ciudad Verde de Soacha, ha tenido la fortuna de tener personas que motivan con su liderazgo, músicos que quieren el progreso de la misma parroquia y han liderado un predi-concierto en días pasados con gran talento y testimonios de sus vidas que motivan a otros jóvenes a cultivar el canto, bajo el lema: “el Sí de María”, nos deleitamos con las enseñanzas de cada invitado con su manera creativa de presentarnos sus conferencias.
Esto hace que nuestra parroquia sea pionera en el sector de grandes talentos de músicos y animadores de comunidad. Esto va marcando una escuela de músicos que quieren agradar al Señor a través del canto y la música, tanto que Monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de la Diócesis de Soacha, luego del pentecostés diocesano, agradeció a los músicos de nuestra parroquia por su animación con la música y por su gran apoyo, esto es muestra de las oportunidades que ofrece nuestra parroquia a los talentos musicales.
Nuestras luchas en la humanidad
Cada vez más, las películas comerciales están entrando en temáticas sobre la humanidad (que tocan la cotidianidad, los problemas y los conflictos reales de seres humanos de carne y hueso), basta mencionar algunas como “manos que sanan” donde a través de un drama, se narra la lucha de Ben Carson por superar los obstáculos para estudiar medicina y salvar vidas en el hospital Johns Hopkins. Película basada en una historia real.
Ahora en cine podemos ver la película “desafiantes”, una película que tiene una alta competitividad de dos amigos que practican tenis y que su vida se ve cruzada por una experiencia de amor por la misma mujer, aunque su desenlace es triste, cuestiona el proyecto de vida y lo que implica el compromiso de la misma amistad y la lealtad.
Puede ser que todo sea una competencia, pero se conjugan el deseo, la pasión, los gustos y lo que de una u otra manera todos tenemos que luchar en el campo de las emociones y su manejo en la vida con el proyecto de vida, todos estos ingredientes se conjugan para cuestionar lo que uno quiere en la vida, tanto que lo implican a uno en la trama, decimos “lo enganchan” en las luchas y sus desafíos que deben vencer y la capacidad de resolver tanto en el juego como en la vida los desafíos mismos a superar.
Una experiencia
Leyendo la “teoría de la motivación Humana” de Maslow, plantea que debemos tener una jerarquía de necesidades y factores que motivan nuestra vida, el principal motor para mi vida en mi caso es Dios, claro la familia, los amigos cercanos y las personas ejemplo en la misma comunidad de la congregación (Eudista), serían como los grandes animadores de mi vida, pero sé que todo ser humano motivado llega lejos en la vida. En estos días me cuestionó la vida de Daniel Martínez, el ciclista de Soacha que fue subcampeón del Giro de Italia (en la edición 107 del año 2024), de familia humilde y sencilla, creció en medio de dificultades y pudo vencer el contexto de drogas y pandillas de su sector.
Hoy es ejemplo para todas las nuevas generaciones de Soacha y el mundo entero, es orgullo por su dedicación, trabajo y disciplina, es un talento joven que tiene mucho para dar en el deporte. Todo esto es para nosotros una invitación a motivar talentos y trabajar en nuestras instituciones por cultivar talentos desde un claro proyecto de vida, sueños, ideales y así ayudar a llegar lejos. Todos tenemos oportunidades y posibilidades, solo es cuestión de querer, esforzarse y lograrlo con amor y pasión por lo que se hace.
En fin, pienso que todos podemos lograr ser buenos seres humanos, basta quererlo y tener los puntos de apoyo y angelitos en el camino, descubrir talentos, cultivarlos y soltarnos, esta lección de vida mueve a muchas personas a luchar: “hay que ser valientes para ser grandes: en nuestro deber. La vida es una lucha que no podemos andonar, pero hay que vencer” (san Pío de Pietrelcina). Nacimos para brillar, independientemente de los factores externos, porque la sintonía entre la pasión, el talento, el gusto por lo que hacemos, los talentos que tenemos en lo profundo del corazón nos permiten sacar la mejor versión de cada uno.
No permitas que las personas externas opaquen esa luz que llevas en tu interior a punto de brillar. Eres invaluable y nacimos para ser mejores personas en el mundo. ¿Cuál es el motor y la gran motivación que tienes y que te llevara por el camino de tú felicidad?
Por Wilson Javier Sossa López. Sacerdote eudista del Minuto de Dios