La paciencia y la mano tendida del Arzobispado de Burgos parece agotarse. Máxime, después de la denuncia interpuesta esta madrugada por sor Isabel de la Trinidad, ex abadesa de la comunidad de clarisas del Belorado que decidió abandonar la Iglesia católica hace dos semanas para ponerse bajo el paraguas del falso obispo excomulgado Pablo de Rojas y su Pía Unión San Pablo Apóstol.
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“Lamentamos esta posición de la comunidad y no nos queda otra vía que actuar en consecuencia”, advierte a través de una nota la Archidiócesis burgalesa, capitaneada por Mario Iceta, nombrado por la Santa Sede como comisario pontificio con total poder sobre la comunidad y todos sus bienes.
A la espera del documento
Precisamente esta designación de Roma es la que ha propiciado que sor Isabel de la Trinidad le denunciara ante la Policía Nacional por abuso de poder, usurpación de la representación legal y vulneración del derecho de asociación. “Estamos a la espera de recibir la supuesta denuncia que José Ceacero ha mostrado ante los medios de comunicación en el día de hoy”, expone el comunicado del Arzobispado de Burgos.
Desde la prudencia, el equipo de Iceta explica que “cuando se reciba, si es el caso, será estudiada por nuestros servicios jurídicos”. En cualquier caso, y a la espera de aclarar si Ceacero habla “en nombre propio y de la comunidad”, y de si las tres firmantes de la denuncia representan a todas las monjas, el Arzobispado apunta que “con este gesto contundente, entendemos que las monjas cierran la puerta a cualquier diálogo, derivando todo al ámbito de la justicia”.
