Tras la visita al G7, el papa Francisco se ha reunido en una audiencia este sábado, 15 de junio, con un grupo de consejeros delegados de grandes empresas y bancos. A ellos les ha recordado que sus funciones “son cada vez más decisivas en la vida, no sólo económica, sino también social y política” ya que “las grandes empresas son protagonistas de la dinámica de las relaciones internacionales” y “el poder económico está entrelazado con el poder político”.
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Hospitalidad de empresa
El Papa les invitó a “tomar conciencia de la realidad y mirarla críticamente, con discernimiento, para poder ejercer plenamente la responsabilidad de los efectos, directos e indirectos, de sus elecciones”. Y en este sentido les propuso tres retos: el cuidado del medio ambiente, el cuidado de los pobres y el cuidado de los jóvenes.
- Medio ambiente: En medio de una “grave crisis medioambiental” ya, añadió, “no basta con cumplir las leyes de los Estados, que avanzan con demasiada lentitud: hay que innovar anticipándose al futuro, con opciones valientes y clarividentes que puedan ser imitadas. La innovación del empresario de hoy debe ser ante todo innovación en el cuidado de la casa común”, reclamó.
- Los descartados: Francisco denunció que “mientras reciclamos materiales y desechamos materiales, aún no hemos aprendido –permítanme la expresión– a ‘reciclar’ y no desechar a las personas, a los trabajadores, especialmente a los más frágiles, para quienes a menudo prevalece la cultura del descarte”. El pontífice alertó contra “cierta ‘meritocracia’ que se utiliza para legitimar la exclusión de los pobres, juzgados demeritorios, hasta el punto de considerar la propia pobreza como una falta. Y no se conformen con un poco de filantropía, es demasiado poco: el reto es incluir a los pobres en las empresas, hacer que se conviertan en recursos para el beneficio común”.
- Los jóvenes: En este sentido reclamó que “ningún trabajo se aprende sin ‘hospitalidad de empresa’, lo que significa acoger generosamente a los jóvenes, aunque carezcan de la experiencia y las competencias necesarias, porque todo trabajo sólo se aprende trabajando. Os animo a ser generosos, a acoger a los jóvenes en vuestras empresas, dándoles un anticipo del futuro para que toda una generación no pierda la esperanza”.