“En nuestra catequesis de hoy presentamos al Espíritu Santo como el ‘compositor’ de una sinfonía de oración que ha sido donada a la Iglesia. Esta bella sinfonía son los salmos, con los que nos dirigimos al Señor para alabarlo, agradecerle, suplicarle y compartirle nuestro sufrimiento; en una palabra, con ellos rezamos, a veces en comunidad, y otras en la intimidad”. Así ha comenzado el papa Francisco su catequesis de hoy en la audiencia general de los miércoles ante miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro.
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El Pontífice ha continuado así su reflexión sobre el Espíritu Santo recordando que “los salmos han sido la oración de Jesús, de María, de los apóstoles y de todos los cristianos que nos han precedido. Esto, y el hecho de que tengan un lugar privilegiado en la liturgia, nos habla de la importancia que tienen para nosotros los creyentes”.
Para Jorge Mario Bergoglio, “los salmos no son algo del pasado, se actualizan cuando los hacemos nuestra propia oración. Les aconsejo que cuando un salmo, o un versículo de este, les llegue al corazón, lo conserven y repitan durante todo el día. Para cada una de las situaciones que nos tocan experimentar en la vida, encontraremos siempre un salmo que nos dará una respuesta”.
Oraciones por la paz
En su saludo a los peregrinos de lengua española, ha pedido al Espíritu Santo que “nos enseñe a orar con los salmos, que son una bella sinfonía de oración”.
Antes de despedirse, ha vuelto a pedir oraciones por la paz en “Ucrania, Tierra Santa, Sudán, Myanmar y en todos los lugares donde sufrimos la guerra”.