Cardenal Cristóbal López Romero
Cardenal arzobispo de Rabat

Las migraciones, un “fenómeno”


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El tema de las migraciones sale a colación continuamente en nuestras conversaciones. Evito cuidadosamente hablar de ellas como un “problema” –“¡el problema de las migraciones”– porque, efectivamente, no lo son. Prefiero hablar siempre del “fenómeno migratorio”.



En filosofía, el fenómeno es el aspecto que las cosas ofrecen ante nuestros sentidos; es decir, el primer contacto que tenemos con las cosas, en lo que denominamos experiencia o conciencia. El fenómeno es lo que se ve, lo que aparece, lo que percibimos. Pero debajo o detrás del fenómeno están las causas que lo han provocado.

En el caso de las migraciones, los problemas que las han causado están claros: las guerras, las persecuciones políticas, la miseria, las desigualdades económicas, la falta de oportunidades… Todo eso son los verdaderos problemas, a causa de los cuales muchas personas se ven forzadas a abandonar su lugar de nacimiento y vida y a trasladarse a otros.

Tenerife Canarias migrantes

En España tenemos la memoria corta. En mi amplia familia, sin ir más lejos, varios matrimonios, con sus hijos, salvaron la situación gracias a la emigración, temporal o definitiva, a Suiza, Francia y Alemania, y en décadas anteriores a Argentina. ¿Qué hubiera sido de España sin los tres o más millones de emigrantes enviando remesas para que sus familias comieran, fueran a la escuela y construyeran o compraran una casa? ¿Qué hubiera sido de Italia en la primera parte del siglo XX sin los millones de emigrados a Argentina, Australia y Estados Unidos?

Solución de los verdaderos problemas

Así, las migraciones aparecen no tanto como un problema, sino como parte de la solución de los verdaderos problemas. Los cinco millones de marroquíes que viven en el extranjero solucionan su problema personal-familiar, ayudan a su país enviando remesas por más de 10.000 millones de euros cada año, añaden más de 300.000 aportantes a la Seguridad Social tan solo en España y solucionan el problema de la necesidad de mano de obra en países como el nuestro, que, con casi tres millones de personas en paro, no encuentra 17.000 para cosechar las fresas de Huelva… y tiene que ir a contratar en Marruecos.

Hay que añadir que el fenómeno migratorio no es ninguna novedad: ha existido en todas las épocas y en todos los continentes. Asegurarse la subsistencia ha sido siempre el motivo que ha dado origen a migraciones masivas, de pueblos enteros, o familiares y personales.

“Fui extranjero y me acogisteis”. ¿Escucharemos esto en el juicio final?

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