Rosa María Boal: “Toda separación debe preservar la salud mental de la pareja”

La psicóloga clínica Rosa María Boal

Allá por los años 90 del siglo pasado, la profesora Rosa María Boal Herranz decidió investigar para su tesis doctoral “cómo y por qué se construyen relaciones positivas o negativas” en el seno de la pareja. Ahora, décadas después, esta segoviana de Chañe ha querido compartir su experiencia profesional como psicóloga clínica en este campo y su testimonio como participante en el grupo de separados y divorciados de la parroquia madrileña del Santísimo Redentor, al que acompaña desde 2002. Todo ello lo ha volcado en su último libro: ‘La separación de la pareja. Una experiencia de cuidado mutuo’ (PPC), una útil guía para ayudar a reparar el daño causado por la ruptura.



PREGUNTA.- ¿Separarse puede ser también un acto de amor?

RESPUESTA.- De amor o de necesidad… Hay separaciones de parejas en las que uno de los miembros está enfermo física o mentalmente y piden la separación porque muestra incapacidad para vivir una relación de pareja aun queriéndose. Otras separaciones, incluso queriendo a la pareja, se dan porque hay una incapacitación y uno de los miembros necesita ser cuidado en un centro. Son situaciones que he observado en las que la separación se realiza habiendo amor, aunque no siempre explicita que sea pensado desde el amor.

Cuidado mutuo

P.- ¿Cómo se cultiva ese “cuidado mutuo” que propone en su libro cuando el amor es ya desamor?

R.- En un proceso de separación de pareja, por “cuidado mutuo” enfatizo que en todo momento el proceso debe realizarse preservando la salud mental de la pareja y de todas las personas implicadas: hijos, abuelos… Es el objetivo principal, porque dañar la salud mental significa ausencia de cuidados y que la separación no está siendo una solución; sería una paradoja cambiar unos problemas por otro u otros iguales o mayores, como sucede en muchos casos, incluyendo a todos los miembros de la familia afectados.

Formas de prevención

P.- Todos conocemos los beneficios del amor, pero ¿cómo se previene su falta?

R.- Resaltaría dos formas de prevención: la primera, en la infancia. Si se ha sentido amor, se ha formado un patrón de relación de cariño, de apego seguro, que se va a repetir; por el contrario, si se ha creado un patrón de desamor, de apego inseguro, será más probable que se repita no dar amor. La prevención se debe forjar en los “cimientos de formación de los patrones afectivos” de la vida: en la infancia. La segunda forma de prevención es mantener una relación positiva basada en un intercambio ganar-ganar, de cuidado y bienestar mutuo, y ha de ser igual para prevenir la falta de amor en todas las relaciones. (…)

Cubierta de 'La separación de la pareja'

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